Del Panam Post
La tecnología parece ser la mejor aliada que tiene en este momento el exjefe de los servicios secretos del chavismo, Hugo ‘El Pollo’ Carvajal, quien en su primera comparecencia —a una semana de su detención en Madrid— ofreció como parte de sus colaboraciones con la justicia española unos “pendrives” con “información de interés” sobre presuntas irregularidades del partido ultraizquierdista, Podemos.
Esta disposición enmudece a la tolda morada del exvicepresidente segundo del gobierno de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias. El portavoz de la organización en el Congreso, Pablo Echenique, degradó a un periodista por consultarle sobre la intención de Carvajal para evitar responder.
Es el asunto a torear con retórica. Echenique solo alcanzó a negar la existencia de alteraciones en el financiamiento de Podemos. Para él se trata de «basura de cloacas» lo publicado al respecto, porque «desde hace una década» enfrentan acusaciones “falsas” sobre ayudas provenientes de Venezuela, Irán y hasta de Mordor (como se le conoce al País Vasco).
La versión de Carvajal es otra. Como guardián de los secretos del régimen chavista, aseguró que maneja información sobre los pagos la Fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales) dirigida en aquel entonces por Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Jorge Verstrynge o Íñigo Errejón. Los fondos superarían los siete millones de euros, equivalentes a 8,2 millones de dólares, por concepto de asesorías y apoyo técnico.
Incluso, mostró disposición para “facilitar datos sobre con los pagos que recibió el exembajador en Venezuela durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Raúl Morodo”.
Dispuesto a mostrar
El ‘Pollo’ Carvajal entregará los dispositivos de almacenamiento que tiene en su poder el próximo lunes. Eso prometió frente al magistrado Manuel García Castellón, quien reabriría las diligencias archivadas en su juzgado desde 2016 sobre la presunta financiación ilegal de Podemos.
Todo indica que cumplirá su palabra. En una carta que dirigió a “tres públicos” —los “convencidos” de su culpabilidad, los “que quieren que diga todo” y los que lo conocen — explicó que su información “tiene valor si es canalizada de manera correcta”. La guardó “celosamente” y la compartió con la Corte Penal Internacional y Naciones Unidas “hace un año”.
En esa misma misiva publicada en su cuenta de Twitter dedicó una posdata a Diosdado Cabello, a quien le refuta que se equivoca al tildarlo de traidor, cuando fue él quien buscó “arrimarse” a Nicolás Maduro para salpicarse de alguna cuota de poder.