Así como todos los países de Europa, Polonia atraviesa una crisis económica impulsada por la baja actividad y las fuertes subas de precios, principalmente impulsadas por la devaluación del euro que presiona al esloti polaco.
Pero mientras los otros países de la Unión Europea plantean una suba sideral del gasto público como salida de la recesión, el gobierno del derechista Mateusz Morawiecki apunta al camino contrario: ajuste del gasto estatal acompañado por una fuerte baja de impuestos.
Entre otras cosas, Polonia hará fuertes recortes al IVA, si la Comisión Europea se lo permite. Planean bajar el IVA de alimentos del 8% al 0%, el IVA del gas del 23% al 8%, el IVA de la electricidad del 23% al 5%, y lo mismo para otros segmentos.
La inflación en Polonia ha alcanzado el 7,4% interanual en noviembre y se estima que seguirá creciendo en los próximos meses. En comparación, la inflación correspondiente en España es del 5,5%, la de Alemania es del 6,0% y la media de la Unión Europea está en el 5,2%, según Eurostat.
Polonia recibió un masivo presupuesto de la Unión Europea por el fondo permanente de emergencia que mantiene el bloque continental. Esta masiva inyección de dinero fue dirigida directamente a la población por una ley de estímulo que aprobó el Parlamento en 2020, lo cual generó un incremento en la masa monetaria en circulación y eventualmente llegó a los precios.
“Blindaje Antiinflacionario”
“Es muy probable que reduzcamos el IVA de los alimentos básicos a cero a partir de febrero durante seis meses o más, y aplicaremos un paquete de medidas para blindar a la población de la inflación independientemente de la respuesta de la Comisión Europea“, dijo Morawiecki en la rueda de prensa según transmitió el medio Konferencje.
Así, el Gobierno polaco introducirá un “escudo antiinflacionario“, que consiste en un paquete de medidas que incluye recortes de gasto público, baja de impuestos y subsidios a las clases bajas.
Los recortes al gasto tienen la intención de frenar la emisión monetaria, la baja de impuestos permitirá que la inflación no tenga un impacto tan fuerte en la sociedad, y los subsidios buscarán evitar que los ingresos de las clases humildes pierdan poder adquisitivo.
Más de 5 millones de hogares pobres tendrán derecho a una “asignación compensatoria para el coste de la vida“, que se pagará en dos plazos en 2022. El subsidio oscilará entre 400 eslotis (86 euros) y 1.150 eslotis (246 euros) en función del tamaño de la familia.
Como contraparte, el Gobierno polaco tiene previsto ahorrar entre 3.000 millones de eslotis (640 millones de euros) y 5.000 millones de eslotis (1.100 millones de euros) mediante un recorte del gasto público, que incluirá la congelación de nuevos puestos de trabajo estatales y recortes en distintos programas.
Es importante mencionar que esta última medida es poco convencional para combatir la inflación, y si el presupuesto de estos subsidios no son compensados en su totalidad por recortes de otros sectores del Estado, requerirán una mayor emisión para financiarlo, lo que genera una espiral inflacionaria. Por lo tanto, el gobierno deberá manejar esta política con mucha delicadeza o arriesgar una profundización de la crisis.