De Derecha Diario
La política monetaria del Gobierno kirchnerista destruyó el poder adquisitivo del peso. La moneda argentina nuevamente se encuentra entre las más golpeadas en el mundo junto, con la Lira turca.
Pese al fuerte cepo cambiario imperante en el país desde 2019, nuevamente la moneda argentina se encuentra trágicamente rankeada entre las más devaluadas en el mundo, según el último relevamiento de Bloomberg para el 2021.
El peso argentino fue la segunda moneda más golpeada en el año pasado, siendo que se registró una devaluación oficial del 14,7% al tipo de cambio minorista. Pero considerando el tipo de cambio paralelo el peso retrocedió un 26% y el valor del dólar blue llegó hasta los $208 a fin de año.
La falta de un acuerdo concreto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) fue una señal negativa que impactó sobre las expectativas de los mercados a lo largo de todo el año. Por su parte, el Banco Central debió asistir al Tesoro por un monto equivalente a $1,313 billones para cubrir el rojo de las cuentas públicas.
Todo esto tuvo un impacto casi directo sobre el tipo de cambio paralelo, que aglutina a todas aquellas operaciones que son reprimidas en los mercados controlados.
El pésimo resultado argentino solamente fue superado por Turquía, que registró una histórica y devastadora devaluación que llegó al 94,5% del poder adquisitivo de la Lira. Esta depreciación sin precedentes en las últimas décadas es explicada por la delirante política monetaria del gobierno del autoritario Recep Tayyip Erdogan, ampliamente criticada por ser poco muy convencional.
Debido a la reconversión monetaria que impulsó el régimen de Nicolás Maduro, este año no figura Venezuela entre los más devaluados del mundo, pero el “bolívar soberano” llevaba perdido un 70% de su valor hasta que fue introducido el “bolívar digital“, con seis ceros menos, y que en sus primeros tres meses de vida no ha tenido una devaluación considerable.
Dentro de los países de la región, y por fuera del caso de Argentina y Venezuela, las devaluaciones más fuertes fueron registradas en países con importantes cimbronazos políticos y el arribo de la extrema izquierda al poder. Estos fueron los casos de Chile y Perú.
El peso chileno sufrió una devaluación histórica del 11,1% a lo largo del 2021. El clima de inestabilidad social presentado desde 2019, la falta de respuestas del gobierno de Sebastián Piñera y la llegada del marxista Gabriel Boric al poder, pusieron en jaque el poder adquisitivo de una moneda que había sido especialmente sólida en la región durante los últimos años.
Por su parte, y superando el drama chileno, el Sol peruano se devaluó un 12,8% en 2021, y este efecto se debe íntegramente a la llegada del comunista Pedro Castillo al poder.
Incluso a pesar de la pandemia y la fuerte inestabilidad política en Perú, el Sol se había mantenido relativamente estable hasta mediados del 2021, cuando la extrema izquierda empezó a amenazar con tumbar los principales lineamientos del modelo económico heredado de Fujimori.
En tercer lugar, por orden de magnitudes, Colombia también sufrió una devaluación relativamente importante en torno al 10,6% en el 2021. Esto se debió a una política monetaria excesivamente laxa por parte de las autoridades de la autoridad monetaria colombiana, y la incipiente amenaza que por primera vez en la historia llegue al poder un candidato del Foro de Sao Paulo al país donde hace 20 años gobierna el uribismo.