De Derecha Diario
Sheila O’Leary fue declarada culpable de asesinato en primer grado por la muerte de su hijo Ezra. El padre también está imputado y su juicio empezará el mes que viene.
Una madre vegana en Estados Unidos fue declarada culpable de asesinato por la muerte por desnutrición de su hijo de 18 meses que pesaba menos de 8 kilos cuando murió en 2019. La madre solo había alimentado al bebé con frutas, verduras y leche materna.
Sheila O’Leary, de 39 años, fue condenada el martes pasado por un jurado en Cape Coral, Florida, después de un corto juicio que duró una semana y el veredicto fue alcanzado unánimemente por el jurado. Será sentenciada el próximo 25 de julio, y se enfrenta a cadena perpetua.
En septiembre del 2019, Sheila y su esposo, quien también fue acusado de asesinato y está a la espera de juicio, llamaron al 911 cuando notaron que Ezra, el niño que tenía 18 meses, dejó de respirar.
Los médicos descubrieron que no había sido alimentado hacía más de 7 días cuando murió, y la madre aseguró que nunca lo había alimentado con nada que no fueran frutas, verduras y leche materna. Los paramédicos declararon muerto al niño en la escena.
La policía inmediatamente se hizo cargo del asunto, y un fiscal actuó de oficio y ordenó examinar a los otros dos hijos mayores de la pareja. Los niños, de 3 y 5 años respectivamente, tenían piel amarilla y uno sufría una higiene dental tan pobre que sus dientes de leche eran completamente negros. También habían sido obligados a mantener una dieta vegana y comían pocas veces.
Sheila también tiene una hija de 11 años de una relación anterior y también fue examinada, pero su salud era considerablemente mejor que la de los otros niños, ya que vivía mucho tiempo con su padre biológico, quien la alimentaba correctamente.
Nunca se han publicado fotografías de Ezra cuando murió, por pedido de los padres, pero los fiscales en el juicio de Sheila describieron a un niño demacrado que lloraba constantemente.
Los fiscales que presentaron la denuncia contra la madre aseguran que el niño lloraba constantemente, según declararon sus vecinos, pero que ella ignoraba los reclamos del bebé. Incluso la noche que murió, se la pasó llorando por horas, pero los padres no lo alimentaron.
“Una familia sin problemas económicos. No hay excusa para no alimentar correctamente al niño. No necesitaba una balanza para ver sus huesos“, dijo la fiscal Sara Miller en la acusación.
Los tres niños fueron alimentados con una dieta que consistía principalmente en mangos, plátanos, aguacates y rambutanes, aseguró la fiscalía, y no está claro si alguna vez vieron a un médico. Según la propia madre, Ezra nació en su casa y nunca había ido a un ginecólogo, obstetra o neonatólogo.
La fiscalía propuso 30 años de prisión si los padres admitían culpabilidad, pero ambos rechazaron la mediación y se declararon inocentes. Así, primero la madre fue llevada a juicio, que tuvo una veloz resolución, y ahora el padre se enfrentará a la justicia luego de que ella reciba la sentencia.