El análisis económico se realiza para determinar y evaluar la interacción entre los distintos actores de la economía; estudia el modo en que individuos toman decisiones en situaciones de escasez enfrentados a múltiples alternativas; estas decisiones se fundamentan en ciertas reglas tales como aumentar la utilidad del recurso y sus beneficios, así como conseguir la mejor calidad al mejor precio.
Dado que todo recurso es limitado humano o material, usarlo en un fin determinado implica renunciar a usarlo en otro; los actores económicos a decidir en qué fin estos recursos alcanzarán el mayor rendimiento en el caso de los productores, el mayor beneficio en el caso de los consumidores, y la mejor relación coste beneficio en el caso de ambos. El cómo optimizan los agentes su conducta al enfrentarse a las alternativas posibles para alcanzar sus fines y cómo estas decisiones afectan a otros actores a corto, mediano y largo plazo, es precisamente uno de los objetos de estudio del análisis económico.
Esto último, llevado a las medidas de los gobiernos y el impacto de las leyes en la economía, constituye el área de la economía a la que echaremos luz en este artículo, la economía política; cuya definición técnica es el estudio del “cómo, desde el gobierno, se organiza la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes y servicios en las distintas sociedades” [G. Westreicher. Economía política. En economipedia.com].
Si algún aporte ha hecho el liberalismo al análisis económico, específicamente al empleado en la economía política es la exposición de Frederic Bastiat en su obra “Lo que se ve y lo que no se ve” del grave error que se comete al juzgar una medida política económica en base a sus resultados y aparentes beneficios a un actor económico específico a corto plazo, ignorando los resultados de esta en un amplio número de actores y a largo plazo. Esto fue llamado por él “la falacia de la ventana rota”, y trata sobre la marcada tendencia de la sociedad de juzgar una política pasando por alto las consecuencias secundarias de esta. Es esta idea, su comprensión y uso en el análisis, lo que diferencia la calidad de un economista; como diría Henry Hazlitt:
“En ello consiste la fundamental diferencia entre la buena y la mala economía. El mal economista sólo ve lo que se advierte de un modo inmediato, mientras que el buen economista percibe también más allá. El primero tan sólo contempla las consecuencias directas del plan a aplicar; el segundo no desatiende las indirectas y más lejanas. Aquél sólo considera los efectos de una determinada política, en el pasado o en el futuro, sobre cierto sector; éste se preocupa también de los efectos que tal política ejercerá sobre todos los grupos.” [Economics in one lesson, 1946]
La explicación dada por Bastiat consiste en un experimento mental; imaginemos que un día Juan BuenHombre se consigue con que su hijo por accidente ha roto la ventana de su escaparate,por lo que, ahora Juan tiene que pagar 6 francos por su reparación; es claro que el reparador de ventanas se beneficia de ello, no obstante como diría Bastiat, esto es lo que se ve. A simple vista Juan obtiene su nueva ventana y los reparadores 6 francos, ambos ganaron. Esto es lo que se concluiría si se ignoran las consecuencias secundarias y a otros actores. Pero lo cierto es que Juan quería con esos 6 francos comprarse un par de zapatos nuevos, y el zapatero un actor que no se ve; con estos 6 francos hubiera comprado el traje nuevo que quiere desde hace tiempo, a su vez el sastre hubiera usado esos seis francos para comprarse un libro, y así pudiéramos seguir hasta que luego de una larga cadena de intercambio los seis francos hubieran vuelto a Juan.
Es así como, bajo un estudio de las consecuencias secundarias, tenemos que es mayor la pérdida que no se ve que el supuesto beneficio que se ve. Se ve que los reparadores obtienen 6 francos si se rompe la ventana de juan, pero no se ve que si no se rompe la ventana, Juan tiene su ventana intacta y un par de zapatos, y los otros actores que no se ven tuvieran un traje nuevo, un libro nuevo, y una gran cantidad de adquisiciones que ahora no pueden hacerse por que se rompió la ventana. (Si el lector quiere profundizar, le recomiendo el tratado “Lo que se ve y lo que no se ve” de Frederic Bastiat y al primer y segundo capítulo del libro “La economía en una lección de Henry Hazlitt).
Entender esto nos pone alerta ante cualquier supuesta bondadosa medida económica.
El aporte de Bastiat,ayudó a que muchos dejasen de cometer los dos principales errores del análisis económico, a saber, juzgar una medida por sus resultados en un solo actor, y el de no juzgar sus consecuencias a largo plazo, muchas veces se cometen ambos de forma totalmente consciente por parte de demagogos, políticos populistas y economistas e intelectuales sobornados por aquellos para avanzar en sus agendas. Cuando un legislador, político o partido anunció con bombos y platillos su nueva medida económica, su nueva reforma, tributo o plan de asistencia social, se suelen detener en la gran cantidad de gente supuestamente beneficiada, hace alarde por ejemplo del gran números de personas que antes no tenían un techo y ahora sí lo tienen, en seguida saltan los intelectuales y periodistas afines a la ideología del partido, político o legislador en cuestión a felicitarle y a reconocer su altruismo, pero nunca se atreven a preguntar:
- ¿De dónde salió el dinero que está pagando esta supuesta ayuda?
- ¿Cuántas empresas pequeñas dedicadas a ofrecer el servicio o bien que el Gobierno ahora “regala” quebraron al no poder competir contra el monopolio de la fuerza?
- Si el dinero salió de la emisión monetaria inorgánica; ¿Cuánto tiempo tardará en hacerse notar la inflación y que tan grande será esta?
- Si se obtuvo los recursos de la expropiación; ¿cuántas familias fueron robadas institucionalmente? ¿Cuántas empresas huyeron del país en cuestión por temor a ser expropiadas? ¿Cuántas no nacieron debido al temor de los emprendedores de ser expropiados?
- Es cierto, la recaudación fiscal aumentará en el corto plazo pero, ¿cuánto aumentarán los precios las empresas para poder pagar los impuestos? O ¿Qué tanto decaerá la calidad de sus productos si aparte se les pone un control de precios y no quieren trabajar a pérdida?
- ¿Cuántas empresas cerrarán al prever que no podrán resistir este aumento de impuestos?
- Siguiendo las consecuencias de las preguntas 2, 4 y 6, ¿Cuántas personas perdieron sus empleos y fuentes de ingresos como consecuencia de las medidas implementadas?
Y así un montón más de preguntas que ni los intelectuales sobornados y fanatizados se atreverán a hacer aunque las piensen por que vendieron sus conciencias, ni los demagogos ni políticos populistas se atreverán a responder y preferirán hacer uso de la ridiculización y humillación; pero que sus respuestas, y hasta el simple hecho de pensar en ellas, pondrían en rechazo hasta a las más convencidas personas honestas en un primer momento de la beneficencia de dicha medida.
Es en este punto, cuando comprendemos dicha falacia, cuando estudiamos este aporte al análisis económico que sin duda alguna nos salvaría de cometer o avalar errores, cuando practicamos el experimento mental propuesto por Bastiat; que comenzamos a mirar con recelo y hasta con rechazo a muchos políticos populistas, en el caso Venezolano, comenzamos a miralas con recelo previendo las nefastas consecuencias de las medidas supuestamente bondadosas que el régimen chavista ha aplicado, aplica y continuará aplicando para el avance de su agenda totalitaria; cuando comenzamos a entender que muchas medidas propuestas por el gobierno o gran parte de la oposición sólo profundizará la crisis.
Las misiones sociales, el sistema patria, las medidas de control de precios son grandes oportunidades de medidas económicas para someter al escrutinio bajo la comprensión de la falacia de la ventana rota; vamos por cada una.
- Las misiones sociales; nacieron con el supuesto objetivo de brindar ayuda y asistencia social a las clases más desfavorecidas, durante más de una década a través de estas se han beneficiado a corto plazo muchas personas con viviendas, planes de pensiones, ayudas económicas y dotación a escuelas, ambulatorios y demás, esto es lo que se ve, todas se beneficiaron con la emisión de dinero inorgánico del Banco Central, que a la larga produjo la hiperinflación más grande en la historia de la humanidad, como consecuencia la escasez de productos, la pérdida total de poder adquisitivo, y que hoy día las personas aparentemente beneficiadas en un primer momento hoy tenga una pésima calidad de vida, la moneda nacional una pésima capacidad de compra y ahorro, devaluación constante, consecuencias que en un primer momento no se ven, y que en un análisis flojo de las misiones tampoco se ve.
- El sistema patria, con un fin similar al de las misiones sociales, es el sistema de pago de bonos y planes de ayuda social, que, de nuevo, se financian a través de la emisión de dinero inorgánico, y aunque a corto plazo se ve como una ayuda a la ciudadanía, al mediano y largo plazo genera depreciación de la moneda; ejemplo el desplome del bolívar ante el dólar luego del pago de los bonos vacacionales y el actual aumento del precio del dólar paralelo.
- El control de precios, a primera vista y a corto plazo hizo que las personas pudieran comprar artículos de primera necesidad a un precio supuestamente accesible pero a mediano plazo hay un efecto que no se ve en el análisis perezoso de la medida y que el gobierno prefirió atribuir al egoísmo y la avaricia de los comerciantes, este es la escasez; pues debido a que los precios estaban fijados en cifras que a veces ni siquiera pagaban los costes de producción y obtención de muchos artículos y terminaban perdiendo en lugar de ganando preferían sacar de sus anaqueles aquellos productos regulados, esto derivó en largas colas para la obtención de dichos productos. También en el proceso de fijación de un precio se ignoran las leyes del mercado y el hecho de que es la relación entre la oferta y la demanda lo que determina el precio de un bien lo que ocasiona la imposición de precios irrisorios; a esto hay que sumar un efecto secundario ineludible de esta medida, el surgimiento de un mercado negro donde se vendía a precio real los productos que las regulaciones habían hecho desaparecer.
Si recordamos estos hechos, casi siempre la solución del gobierno era más emisión de dinero inorgánico o más intervención en el mercado y mayor control, lo cual profundiza la crisis. Cabe mencionar que estás acciones eran y son aplaudidas por sectores intelectuales y políticos de oposición; incluso fueron los mismos que habían pedido mayor intervención del estado en el mercado o en asuntos monetarios. La población civil, al creer en las mentiras difundidas por el gobierno y por intelectuales pagados, siempre veía en cada regulación o en cada misión nueva una esperanza, muchos sectores en sus análisis económicos que se detenían en las consecuencias inmediatas y en un solo agente, sin tomar en cuenta lo que no se ve y tal como aquellos que celebraban la destrucción de la ventana en la falacia de la ventana rota, llegaban a conclusiones equivocadas y por ende a supuestas soluciones que nunca resolvían el problema.
Todo esto por el simple hecho de no comprender cómo funciona realmente una economía, no cometas el mismo error. De ahora en adelante, cuando escuches a un político o intelectual promoviendo una regulación, un plan de ayuda social, o celebrando la “destrucción creativa” de la economía, no te quedes en los efectos a corto plazo y sobre un actor en específico, ve más allá, busca aquello que no se ve y podrás observar por ti mismo si de verdad es buena o mala dicha medida. Con esto ya tienes una herramienta para tu análisis económico personal —pues todos podemos analizar la economía— y para detectar a un mal economista o político populista.
Por Omar E. Ramirez R., Coordinador local de Estudiantes por la Libertad Venezuela.