Por Ricardo Guanipa d’Erizans.
La novela de Nicolas Maduro y el Esequibo es un falso positivo de los chavistas y el propio gobierno Musulmán de Guyana, quienes se están prestando en ese show para hacerle un gran favor al narcotraficante fugitivo de Miraflores que es buscado activamente por la DEA y quien, además, necesita con urgencia hacer un inventario electoral para saber la identidad de los 7 millones de personas que han abandonado Venezuela, con la intención de usar esas identidades antes de una elección presidencial —y la única forma es inventar ese referéndum disparatado manipulando un falso nacionalismo para motivar a los venezolanos a salir a votar el 3 de diciembre—.
Pero la verdad verdadera es que Maduro nunca iría a una guerra con Guyana, es religiosamente imposible, simplemente porque en Venezuela hay unas importantísimas células de Hamas, Hezbolah, ISIS y milicianos iranies, todos musulmanes islámicos, y hago énfasis en esto porque Guyana es un país religiosamente islámico que cuenta con una importante presencia de extremistas de estos grupos, que a la hora de una guerra con Venezuela arrimarán sus carbones al lado del bistec guyanés por razones económicas, religiosas y políticas.
Además, me atrevo a especular que Guyana, hoy productor de petróleo y exportador de combustible, debe estar apoyando a Hamas y Hezbolah financiando la locura terrorista en contra de Israel, por ese motivo, es totalmente imposible que Guyana y Venezuela vayan a una guerra. Y es que Maduro, por muy burro que es, no va a perder el apoyo de los países Árabes yendo a una guerra con el segundo país Musulmán de Suramérica por un territorio que fue entregado por él mismo en sus tiempos de Canciller, tras firmar un acuerdo con los islamistas guyaneses, porque en realidad Maduro y Padrino se pasan por el forro el Esequibo.
Hay que ser bien imbéciles para pensar que el chavismo va a actuar de buena fe con la oposición cuando por naturaleza nos odian y si fuera por ellos ya nos hubieran fusilados a todos de la misma forma que Fidel Castro asesinó en el paredón a los opositores en la isla.
Son 25 años que la oposición recibimos insultos en radio, televisión y medios impresos chavistas, donde se nos descalifica de escuálidos, apátridas, traidores, sifrinos, burgueses, pitiyanquis, etcétera, sumado a esto el robo a la propiedad privada con la figura de expropiaciones de fincas en estados ganaderos como Guárico, Cojedes, Zulia, Yaracuy, Barinas, Apure, Táchira, Trujillo, Monagas y en todo el país.
¿Ustedes creen que esos delincuentes militares chavistas en complicidad con desadaptados del PSUV tienen algún remordimiento por robarse la propiedad privada como periódicos, navieras, filiales petroleras privadas, estaciones de radio y TV, estaciones de servicios, colegios, apartamentos y casas residenciales, bancos, fabricas, etcétera? Y ¿Ustedes piensan que esos desalmados chavistas en sociedad con las parasitarias fuerzas armadas socialistas, narcotraficantes, terroristas, nos van abrir sus brazos para darnos un mejor país? Embuste, esas lacras están pensando en su bienestar y tienen su agenda oculta como lo han hecho siempre, a espaldas del pueblo.
Los chavistas amenazan con quitarnos la ciudadanía a quienes no votemos el 3 de diciembre pero ellos no terminan de entender que todos los venezolanos perdimos la ciudadanía, ambos lados, desde que Maduro y Chávez hicieron de Venezuela una piñata donde los cubanos, chinos, rusos, iranies y otros han encendido a palo la piñata venezolana que estaba rellena de miles de millones de dólares, pero que hoy lo que queda son los cartones rotos de la piñata tras el salvaje saqueo de nuestras riqueza orquestada por la unión chavista cívico militar comunista.
Hay que ser retardado mental para no darse cuenta del brutal saboteo cívico militar chavista para que los venezolanos no pudiéramos participar en unas elecciones primarias para elegir el candidato que pateará el trasero de Maduro en el 2024, incluso entre los saboteadores estaban personas de la oposición que jugaron al fracaso simplemente porque tienen el corazón rojo y apuestan a la perpetuidad del régimen chavista.
En las primarias opositoras, como el régimen no pudo tener la data de los votantes, criminalizó la elección, prohibieron su cobertura informativa, sacaron a sus colectivos para realizar actos terroristas en los centros de votación y aun así no pudieron contener a casi 2.5 millones de venezolanos, que sin miedo mearon los pantalones de los chavistas y narcotraficantes militares.
Ahora el lobo se viste de oveja y esconde sus colmillos y saca sus lagrimas rogando a los venezolanos que salgan como corderos el 3 de diciembre para poder devorarnos en el 2024. Hay que ser bien sinvergüenza y cobarde para salir a votar el 3 de diciembre, ya conoceremos sus caras ese día en las filas de los centros electorales, tómenle fotos y súbanla en las redes sociales para que sus hijos, esposas, padres, madres, hermanos, primos, etcétera, sientan vergüenza de ellos.