Caracas. – La fiscalía chavista no descarta que tanto Tareck El Aissami, como Samark López y Simón Zerpa, ex altos funcionarios del narcorégimen detenidos este pasado martes, que —supuestamente— puedan estar vinculados a los planes conspirativos en contra del dictador Nicolás Maduro.
Así lo aseguró Tarek William Saab, fiscal general de la tiranía, en una entrevista ofrecida a Globovisión este miércoles. Saab indicó:
«(…) no descartamos que Tareck El Aissami, Samark López y Simón Zerpa, hayan financiado los intentos de magnifico contra Maduro, asaltos a cuarteles y escaladas de violencia callejera en el país».
Asimismo, explicó que los tres implicados en la «cacería de brujas interna del chavismo» pudieron ser detenidos porque se confiaron mientras se llevaban a cabo las averiguaciones.
“Se confiaron Tareck, Zerpa y Samark porque en la primera fase de esta trama de corrupción pasaron inadvertidos, pero luego dejaron rastros», dijo Saab.
Igualmente, agregó que «pudieron haber pensado un plan B para fugarse los tres detenidos de ayer, pero se confiaron porque la fiscalía no reveló datos».
También, en una entrevista al canal chavista VTV, el fiscal del régimen indicó que los testigos claves para detenerlos tenían miedo de confesar las acciones delictivas porque eran amenazados por el propio El Aissami.
«No se logró antes (la captura), las personas no lo dijeron, porque estaban siendo amenazadas sus familias y ellos en su integridad física… por el propio El Aissami y su grupo», indicó.
Según Saab «se negaban a cooperar o les daba terror cooperar hasta que por fin dijeron, bueno, mira, vamos a decir la verdad, y allí fue donde salieron los elementos de convicción para poder ahora, aparte detenerlo, imputarlo».
El fiscal chavista informó, que los tres ex jerarcas de la tiranía narcotraficante, podrían recibir una pena de hasta 30 años de cárcel.
Si bien, es necesario destacar que los supuestos planes desarticulados por la narcotiranía son un montaje que sirve de excusa para perseguir a todos los que ellos consideren una amenaza e infundir miedo en la población venezolana. En este marco, todo lo sucedido por El Aissami se debe a una estrategia de cara a las elecciones del 28 de julio y un intento de limpiar su imagen a nivel internacional.
