El presidente de EE. UU., Joe Biden, ha hablado en los últimos días con los líderes israelíes para pedirles su respaldo al plan de paz para Oriente Próximo presentado este pasado viernes por el mandatario «sin importar las presiones» que pudieran recibir al respecto.
«Somos conscientes de que, en Israel, estos temas son objeto de debate, pero el presidente ha dejado bien claro que este derrotero es mucho mejor que otras alternativas», ha explicado un alto responsable de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato.
«Es más, se trata del único camino que puede conseguir la liberación de los rehenes» en manos de las milicias palestinas desde el pasado 07 de octubre, «y puede garantizar la seguridad duradera y a largo plazo de Israel».
Cabe señalar que esa fuente ha indicado que el plan es «prácticamente idéntico» al presentado hace unas semanas por Hamás así que, «si eso es lo que quieren, deberían aceptar el trato».
«No voy a responder a ninguna declaración pública que le de por hacer a Hamás. Saben perfectamente lo que contiene esta propuesta», ha avisado.
El responsable de la administración Biden lanzó por último una advertencia tanto a Hamás como a Israel para que se abstengan de «caracterizar» los términos del acuerdo aunque «no cabe duda alguna de que ambos lo van a hacer».
«Pero nosotros», ha asegurado, «sabemos qué contiene este acuerdo, y sabemos qué expectativas conlleva, así que me remito a lo que dejó bien claro el presidente este pasado viernes: este acuerdo, en este punto del conflicto, es el camino a seguir».
Es necesario recordar que, este viernes, Biden detalló una ‘hoja de ruta’ propuesta por Israel con tres fases para un alto el fuego en la Franja de Gaza.
La primera duraría seis semanas e incluiría un alto el fuego con la retirada de las fuerzas israelíes de las zonas más pobladas de Gaza y la liberación de algunos de los rehenes, incluyendo mujeres y personas mayores, a cambio de la excarcelación de presos palestinos.
El mandatario explicó que la fase dos incluye la liberación de todos los rehenes vivos restantes, incluyendo militares, y el Ejército israelí se retirará de la Franja de Gaza, controlada por Hamás.
Finalmente, en la tercera parte de esta ‘hoja de ruta’ se contempla «un importante plan de reconstrucción para Gaza», teniendo como último término el retorno de las comunidades israelíes al norte del país —que ahora mismo está vacante por el conflicto con Hezbolá en Líbano—, así como el comienzo de la reconstrucción de Gaza «junto a la comunidad internacional y los aliados árabes» de EE. UU.
Además, la administración estadounidense considera que el plan también podría facilitar «la integración regional» de Israel a través de, por ejemplo, un esperado acuerdo de normalización de relaciones con Arabia Saudí.