De Reason Magazine
La sobre confianza en la identidad política puede alejar a estos votantes del partido demócrata.
Si los hispanos se cambiaron a favor del expresidente Donald Trump en algunos estados y en contra en otros estados en las elecciones del 2020, ¿existe realmente el voto latino genérico? Entre las respuestas más heterodoxas-que no por eso es necesariamente errada-está la del escritor de Miami Alex Pérez. Él argumenta que su ciudad es única en tanto a las votaciones tradicionales, las estrategias políticas y la ideología, que no logran apelar a sus votantes: no la ‘política seria’, sino la ‘estética’ que refleja la atmósfera tropical y de fiesta de la ciudad, en sí misma resulta en una mezcla de la cultura latina y de la “clásica idea americana de’ trabaja duro, juega duro’”.
Pérez le atribuye el triunfo en el Sur de la Florida al expresidente a la ‘estética trumpista’ que proyectó un ambiente “carnavalesco y voraz de un buen momento: en donde la energía de una fiesta, y no la energía política, llevaban la agenda del día.” La obra presentada por Trump fue una canción de salsa del grupo cubano ‘Los 3 de la Habana,” cuyo video enfatizó las familias latinas “dándose la buena vida” debido al boom económico, presuntamente antes de la pandemia, bajo la administración de Trump. Mientras que la campaña triste del presidente Joe Biden, reflejó una conversión de los demócratas hacia el partido de los regañones del Departamento de Recursos Humanos. La máxima expresión de esto es el uso del término ‘Latinx’ para referirse a los hispanos, quienes están extremadamente confundidos con el significado de es plalabra.
Mientras Pérez asegura que la elección de Trump de utilizar la canción de salsa le añadió varios puntos a sus votos en Florida, el periodista, Emilio Doménech, incluso tuiteó que la canción lo llevo a la victoria en el estado. Esta teoría no convence a Daniel Garza, director ejecutivo de la Iniciativa LIBRE, quien argumenta que la teoría de la salsa insulta la inteligencia de los latinos, un grupo de votantes que de manera paulatina se han venido sofisticando “cuando les toca tomar decisiones electorales basadas en políticas.”
Los latinos del sur de la Florida en del Valle de Río Grande en Texas, mostraron una tendencia favorable hacia Trump, quien ganó 23 puntos porcentuales en el condado de Miami-Dade y cambió la tendencia del condado de Zapata en Texas, por primera vez desde el siglo 19. La diferencia, afirma Garza, es que los republicanos invirtieron en la movilización de hispanos en la Florida, en donde tenían una maquinaría política bastante eficiente. No es el caso en la frontera de Texas, en donde los latinos se movilizaron espontáneamente y se educaron alrededor de temas importantes: la segunda enmienda, política energética, oportunidades económicas, elecciones de escuelas y la importancia de la Corte Suprema quienes defienden los valores de libertad de expresión.
Como el resto de los americanos, Garza dice, los latinos le tienen desconfianza a los medios de comunicación y partidos políticos, mientras que sus vecinos, compañeros de iglesias y otros padres y representantes de los niños a las escuelas a donde asisten sus hijos tienen mucha mayor credibilidad. Garza, un native del Valle de Río Grande, se dio cuenta que las comunidades, que están unidas por la “experiencia compartida de rasparse las rodillas con la economía,” empezaron a oponerse a los esfuerzos de imponer la cultura de la cancelación, es desmantelamiento del núcleo familiar, o quitarles los recursos a los policías. Como en Florida, esto le pegó negativamente a candidatos que abiertamente apoyaron a Black Lives Matter. Un demócrata de Miami le dijo a Politico, “nosotros apoyamos fuertemente a BLM y luego vimos que los se apartaron, se pusieron tibios y fueron totalmente desaparecidos.”
Muchos latinos de Texas también se resistieron a las políticas que amenazaron a los trabajos bien pagados del sector energético, del cual muchos dependen. Entendieron, dijo Gaza, que “un país con energía es un país con futuro.” La importancia de los trabajos en esta área para los latinos votantes en Texas también muestra que el voto latino es “tan variado como en el resto del país.” Lo latinos en Carolina del Norte, por ejemplo, están más interesados en preservar sus servicios privados de salud. En Florida, una posición fuerte ante el socialismo fue importante. En general y a diferencia de los que dicen los medios, el tema migratorio no estuvo entre los siete asuntos más importantes para hispanos en las elecciones del 2020 según el Pew Research Center.
En Georgia, algunas estructuras de izquierda invirtieron fuertemente para movilizar a los hispanos antes de las elecciones al Senado. Aunque los hispanos mantuvieron niveles de participación similares “no fueron el motivo” por el cual los candidatos demócratas derrotaron a los republicanos, le dijo Suzanne Gamboa a NBC News.
Aunque los votantes hispanos en Georgia no dieron sorpresas, Garza si ve una división entre los latinos del norte y del sur. En donde ve una tendencia hacia los republicanos en los estados del sur-debido a una asociación con patriotismo, fe y mayores oportunidades económicas-mientras que en los estados del norte, como Nueva York e Illinois, la tendencia de los hispanos se mantuvo intacta. Esto fue decepcionante para los demócratas.
Joshua Green de Bloomberg notó que el partido (demócrata) pudo mantener de una manera muy tímida, la participación de los hispanos en estados clave que le dieron la victoria a Joe Biden. En parte, el problema fue que los estrategas de Nueva York estuvieron frecuentemente equivocados con respecto a que puede apelar a los votantes hispanos, así dándose cuenta que lo mejor era descentralizar la producción de propaganda y llevársela a su gente en las comunidades. Esto refleja el punto de vista de Garza que, en algún momento, los líderes izquierdistas trataron de llevar a los latinos a las ideas extremistas progresistas al punto que “no están proyectando sus prioridades y nosotros las estamos rechazando.”
La cultura fue un punto importante, argumente Pérez que los demócratas se enfrentan a un desafío porque “están constantemente apenados por los elementos ‘groseros’ de América,” mientras que hay un “americanismo latino jovial” evidente en las campañas que combinaron español hablado con “buenos tiempos en América”. Los latinos, agrega, “no se ven a sí mismo como ‘latinx’, o incluso como latinos, sino como americanos.” Si está en lo correcto, entonces apostarle a la política de identidad les costará caro.
“Aunque el fracas de traer una ‘ola azul’ en el congreso dejó a muchos sorprendidos, Garza ve que el partido se está moviendo hacia un ‘socialismo democrático’ como el de la congresista Ocasio-Cortez que hacia conservadores moderados como el congresista Henry Cuellar. Este conservador derrotó a Jessica Cisneros, una candidata que Ocasio-Cortez endorsó en las primarias del distrito 28 de Texas, pero se ha encontrado cada vez más aislado en su propio partido.
¿Esto significa que los republicanos pueden ganar más con los latinos si rechazan la agenda del ‘despertar’ (woke) y apoyan una filosofía de remover las barreras hacia las oportunidades? Garza está de acuerdo que la superficialidad no puede ser ignorada y que el mensajero también es importante: “Aún necesitas un líder carismático y con ´personalidad que venda las políticas de la manera correcta.”
Parece haber una línea delgada entre depender del carisma Reaganesco y desceder a niveles latinoamericanos de caudillismo. En marzo del 2016, David Luhnow del diario de Wall Street comparó a Trump con varios caudillos, líderes que usan su superioridad en habilidades de hacer ‘shows’ para “confrontar a un estatus-quo solidificado, desarrollar una conexión fuerte con sus seguidores y atacar a sus oponentes y a los medios de comunicación sin limitaciones- a veces incluso generar violencia”
Esa advertencia parece siniestra después de los eventos del capitolio el pasado 6 de enero. Las políticas dependientes de accesorios y visuales pueden generar peligro, después de todo, los principales maestros del populismo en el siglo 20 fueron socialistas totalitarios. Las fallas de Trump; sin embargo, no deberían dejar un mensaje de dependencia hacia el estado y no cuestionar las decisiones tomadas, especialmente con la comunidad hispana. De acuerdo a la experiencia de Garza, cuando los latinos escuchan un argumento convincente del libre mercado, su reacción tiende a ser, “es lo que siempre he creído, ¿en dónde has estado tú?”.
Quizás hay terreno para ganar cuando vendes un mensaje de libertado con algo de joie de vivre. Para utilizar el término de Pérez, los Trumpistas no deberían tener el monopolio sobre ser “el partido de los partidos.”