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Imagen ilustrativa del Estado Socialista expandiéndose en la sociedad (MidJournal)

El chavismo es una enfermedad del alma

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Por Gervis Medina

Abogado, criminólogo y escritor venezolano.

Yo, originalmente, pensaba que el chavismo era una enfermedad mental, no lo digo de manera despectiva. No pueden entender datos, siempre viven de espalda a ellos y solo dan explicaciones paupérrimas; yo creí que era un problema mental con las matemáticas, con los números o con la lectura de los números. Cuando te encuentras con un chavista y le planteas que te ofrezca un caso exitoso del modelo político y económico que defiende, y afirman que la U.R.S.S. es un ejemplo de ello, se llega a la conclusión de que tienen una tara mental que no les permite hacer las cuentas, ni sumar con un ábaco, ni dibujar un cero con un vaso.

Sin embargo, después me di cuenta que es algo más profundo: “el chavismo es una enfermedad del alma”. Porque en el fondo el chavista lo que hace es esconder su resentimiento y su fracaso bajo el sofisma del buenismo, de la generosidad, de ser bondadosos y de la caridad. Pero lo que esta haciendo es usar ese sofisma para esconder su resentimiento, su envidia, su odio por el exitoso debido a que ellos son una muestra viva del fracaso.

En el libro de Ludwig Von Mises titulado “La mentalidad anticapitalista”, cuestiona ¿qué es lo que hace el capitalismo?, a lo que responde que los hace competir, y eso demuestra quien es mejor y quien es peor, entonces el que no ganó queda en evidencia de que no es el mejor, por lo que tiene que buscar una excusa para justificar su fracaso. Es de ahí donde surge esta visión buenista de la caridad, pero siempre caridad que el dinero ajeno.

Joseph Stalin siempre decía que todo el evangelio de Marx se reducía en una sola cosa “odia al que esta mejor que tu”. Por su parte, Murray Rothbard aseguraba que “es increíble cuan generoso puede ser alguien con la caridad, cuando es pagado con el bolsillo ajeno.”

Esa enfermedad del alma es la que contamina los valores morales, es decir, la envidia, el odio y el resentimiento que se traducen en un trato desigual frente a la ley, y que cuando no tienen más lugares a los que recurrir terminan asesinando a la gente ya sea porque las matan de hambre o porque las matan de manera directa, poniendo así el colectivo sobre el individuo, que es en el fondo la exterminación del individuo.

Nadie en su sano juicio, visto todo lo ocurrido en el país durante todos estos años, podría seguir siendo chavista. Quien lo sea es por algún beneficio económico o porque no está bien de la cabeza. Esa es una realidad que hay que asumir muy seriamente.

El chavismo es una enfermedad del alma, incluso en aquel que actúa engañado en su buena fe o por ignorancia. La manipulación a la que han sido sometidos es tal que llegan a niveles patológicos de neurosis y paranoia. Es la ideología más criminal de la historia de la Humanidad.

El chavismo, en todas sus vertientes, lo único que ha traído es muerte, pobreza, guerras, destrucción, envidia y miseria. Eso es lo que ha traído esta infame ideología. En Venezuela, tras más de 25 años en el poder, se han robado más de $530 mil millones y han endeudado la nación por más de de $600 mil millones. Así mismo, han asesinando a más de 330,000 venezolanos, aprehendido a más de 3,000 venezolanos por protestar y por no estar de acuerdo con su nefasta ideología, por pensar diferentes.

Venezuela experimenta los efectos de una recesión económica profunda y prolongada, acompañada de una significativa erosión, en las condiciones de vida de sus habitantes. Una porción importante de la población subsiste en una situación de emergencia humanitaria, sin lograr acceder a bienes y servicios básicos.

El chavismo, socialismo, comunismo, socialdemocracia u otros matices de la izquierda, establecen la intervención del Estado a grandes escalas, convirtiendo la propiedad en riqueza pública, reemplazando la competencia por la cooperación no voluntaria y, además, dice que restablecerá el bienestar material de cada miembro de la comunidad.

En el Foro de Sao Paulo se estableció una misión a largo plazo para convertir a la región en una zona de riesgo, con una ideología que es una enfermedad; una enfermedad que hace que las personas vivan de espalda a los datos, a la ciencia, a la búsqueda de beneficios para la gente. ¡Es una enfermedad del alma que ha creado un Estado deletéreo y una sociedad criminógena!

Este sistema está lleno de personas perversas que envenenan a la población con sus ideas de desigualdad ante la ley, escondiendo sus privilegios de casta detrás de los vulnerables.

Existe un estudio del BID que muestra que la ineficiencia técnica de LATAM es de las peores en el mundo, estableciéndose en 4,4% del PIB. Venezuela posee 9,87% en la región desde hace más de 2 décadas. Y de ese monto, la mitad obedece al csaqueo del Estado a través de los gobiernos, con sus bandidos llamados “políticos chavistas”.

El chavismo cree que la miseria e ignorancia son valores colectivos que el Estado debe definir e imponer por la fuerza. ¿Cómo puede ser que alguien inteligente caiga en la trampa de este pensamiento? Pues, no es posible que gente normal lo haga. Al menos que sufra de envidia, resentimiento y soberbia. La gente que cae no es nada normal, es gente carcomida por los antivalores, condiciones esenciales y definitorias del chavismo.

Este razonamiento obedece a la idea de que el ejercicio de la libertad genera desigualdad. Y como esa desigualdad no es tolerada, hay que investir a alguien con la fuerza monopólica del Estado, para que suprima el ejercicio de esa libertad e imponga un modelo único de hombre, sin diferencias.

Sólo aquellos que hayan sido contaminados por ese virus maldito pueden servir de apoyo a este engendro que ha superado con creces las otras pestes del planeta. Solo aquellos dispuestos a entregarle a un político chavista nada menos que su alma pueden ser la carne de cañón para que esta calamidad siga produciendo las mismas penurias que el mundo empezó a conocer de ella hace ya más de 25 años.

Los chavistas son una suerte de sociópatas que quieren hacernos creer que nosotros somos inválidos mentales, inválidos en todo sentido porque no podemos vivir sino fuera por ellos. En realidad, los que no pueden vivir sin nosotros son ellos.

Si el país se separa entre los que producimos bienes y servicios, por un lado, y por el otro lado queda la mierda de los chavistas, todo este conjunto de parásitos se hunde, se mueren.

Separemos a Venezuela y la Guayana Esequiba, los que estamos dispuestos a laborar nos quedamos en la parte mas pobre del país, aunque se queden con todos los recursos de la Guayana Esequiba, se van a hundir estas ratas porque no sirven para nada, en cambio los que trabajamos, los industriosos, emprendedores que amamos las ideas de la libertad, que sabemos ganarnos la vida, nos irá bien. Nosotros somos gente de bien, gente que trabaja y no vivimos abogando por la envidia, el odio, el resentimiento, el robo y el trato desigual ante la ley. No promovemos esa inmundicia de la justicia social que es lo mas injusto que existe pues implica robarle el fruto de su trabajo a alguien para dárselo a un tercero.

En todo ese proceso de chavismo del siglo XXI, acabaron con la economía, empobrecieron a la gente, el Estado se multiplicó por diez, y los únicos que progresaron fueron los chavistas de la política y adláteres de la oposición representativa.

Debemos identificar al enemigo, el enemigo son ellos, los chavistas, hay que ir contra ellos, erradicarlos y exterminarlos del país.

Es un problema espiritual, de valores, y por eso hay que ir sobre nuestras bases filosóficas, religiosas y de valores, por eso debemos dar la batalla cultural, para acabar con esa enfermedad del alma.

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John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law
  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

John R. De la Vega, P.A.

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John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

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