Caracas. – Una avería en el sistema de energía eléctrica afectó durante ocho horas a 20 de los 24 estados del país desde las 4:50 am, de este viernes 30 de agosto, dejando sin suministro a las principales urbes y generando un caos a nivel nacional.
Las veinte entidades, incluyendo el Distrito Capital, se vieron seriamente comprometidos por la avería, que impidió el desarrollo normal de actividades comerciales y bancarias principalmente, así como el desempeño de centros de salud, que fue lo más preocupante.
El líder de la Narcotiranía, Nicolás Maduro, y su ministro chavista de comunicaciones, Freddy Ñañez, adjudicaron el apagón —sin ningún tipo de evidencias— a un supuesto sabotaje.
Se atrevieron a culpar del daño al sistema eléctrico a la dirigente María Corina Machado y al presidente electo, Edmundo González, sin mostrar pruebas de las acciones supuestamente llevadas a cabo para dejar sin electricidad a los 20 estados.
Igualmente, el recién nombrado ministro chavista de «Interior, Justicia y Paz», Diosdado Cabello, se sumó a las difamaciones sin fundamento, indicando la misma señal: “Atacaron una torre de transmisión”.
Un plan de movilización fue desplegado en Caracas, debido al cierre del Metro de Caracas. La mayoría de los comercios, principalmente ventas de víveres, debieron cerrar al no poder tramitar operaciones a través de puntos de venta.
Muchos hospitales se vieron en problemas y tuvieron que suspender servicios, operaciones y consultas, al no poder contar con energía para activar los equipos médicos.
Desde principios de la tarde se comenzó a restablecer el servicio, de manera paulatina en varias regiones. En Caracas, por ejemplo, la electricidad llegó a algunas zonas del centro y oeste de la ciudad, y se encontraba intermitente en varias urbanizaciones al este.
Aunque a finales de la tarde, se habría recobrado el suministro eléctrico en casi todos los estados, algunas zonas al interior del país, y también en Distrito Capital, se encontraban sin suministro.
Los voceros chavistas no precisaron la causa del problema, más allá de culpar a los líderes opositores de la contingencia.