Por Leroy Garrett (@lerogarrett).
Es cuestión de tiempo en estos momentos, más allá de atípicos, bien surrealistas. Hemos desarrollado un país virtual, aterritorial; Tribunal Supremo en el exilio, Asamblea Nacional vía zoom, el colmo de los males se llamó esa densa neblina de negociados, intensos olores putrefactos y cosas mal hechas, llamado que en nada es asimilable a ser considerado un gobierno llamado: “El Interinato”.
Ahora, el no parlante candidato ganador casi con seguridad se juramentará cerca o al frente de los cuarteles de la Guardia Civil Española, sí en Madrid, sitio de su aún sofocada residencia, será una reunión patética con todos aquellos que fueron, pero no pudieron, y que, en beneficio de ahorrar espacio para mensajes más productivos, no vale la pena mencionarlos.
Pero hay una diferencia entre el candidato Edmundo y el resto de los individuos que, aunque fracasados, no se perderán la cita; Edmundo, aunque aún no se comunica con los venezolanos y el mundo reclamando ser el presidente electo, ¡Tiene por virtud de los comanditos Legitimidad!
¿Y qué puede hacer Edmundo para el bien de los venezolanos en diáspora o tiranía? Pues, ejercerla.
Antes de admitir que esta vez se podía lograr el poder por medio de elecciones, publiqué por medio de esta plataforma que en Venezuela, visto el talante del gobierno que secuestra a los venezolanos que no han decidido irse, un Gobierno en el Exilio es la solución.
Debo admitir que las elecciones o específicamente sus resultados dan a Edmundo González Urrutia esa facultad, autoridad o prerrogativa.
Es importante destacar que es otra bofetada a los venezolanos, es decir, hacer lo que hizo Guaidó, nombrar a una serie de gestores mercantiles con el disfraz de embajador para cometer una serie de acciones que aún paga la República. ¡No es nunca más admisible!
Un gobierno en el exilio con sus componentes clásicos, integrados por compatriotas de primer orden, comprometidos a hacer volver el sistema democrático y adecentar a Venezuela, con su gabinete, sus embajadores de verdad, con capacidad de convencer y persuadir a la comunidad internacional de que apoye el hecho de poner sobre la mesa todas las opciones posibles excluyendo la electoral, para cerrar el episodio chavista.
Un gobierno protegido por los servicios de inteligencia aliada y que sirva para guiar la transición.
¿Ejemplos? Muchos, el clásico, De Gaulle quien de chiripa llega solo a Londres perseguido implacablemente por la Gestapo, y al final pudo unificar a la resistencia francesa en un solo propósito: allanar el camino de los jeeps aliados provenientes de Normandía liberando a los galos.
¡Actúe Presidente!