Caracas. – Un regaño público recibió el fiscal del narcorégimen, Tarek William Saab, cuando este pasado martes fue desmentido por la Cancillería del mismo sistema criminal, al reprochar el organismo la calificación como «agente de la CIA» que Saab hizo al corrupto presidente brasileño Lula Da Silva.
El canciller chavista Yván Gil ofreció una aclaratoria sobre lo manifestado por el fiscal a través de un comunicado, en el cual negó que el narcorégimen tuviera algo que ver con sus declaraciones.
El comunicado resultó ser, finalmente, una gran reprimenda hacia Saab, y fue interpretado por analistas, medios y usuarios en general de las redes sociales, como un «regaño» y/o desautorización pública entre altos funcionarios de la Narcotiranía.
Un día antes, Saab dijo en un programa de Globovisión que América Latina tiene “dos voceros captados por la CIA y EE. UU.: Lula y Boric”.
La arremetida contra el presidente brasileño, al tildarlo de “vocero” de la “izquierda captada por la CIA”, se debió al cuestionamiento bien fundamentado de Lula, así como su rechazo, a los resultados electorales anunciados por Elvis Amoroso, presidente del CNE, que dieron —sin pruebas— la victoria al genocida dictador que somete a Venezuela, Nicolás Maduro.
Ante la acusación, Gil salió al paso con su comunicado expresando “a la opinión pública nacional e internacional, especialmente al pueblo y Gobierno de (…) Brasil, que las recientes declaraciones emitidas por el fiscal general de la república sobre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva corresponden a opiniones de carácter personalísimo y en ningún momento reflejan la posición del Ejecutivo nacional”.
Ante la respuesta, el fiscal chavista no tuvo más opción que desdecirse también en un comunicado, en el cual dijo que sus declaraciones aparentemente fueron malinterpretadas, a través de “una campaña orquestada por medios extranjeros», a pesar de que en su momento dijo claramente, y mirando a cámara, que Lula, en realidad, es un agente de la CIA.