Caracas. – El ministro del sistema criminal chavista, Diosdado Cabello, se jactó este pasado lunes frente a las cámaras de televisión, de mantener ilegítimamente secuestrados a 120 ciudadanos extranjeros, incluyendo a varios de origen israelí.
Aun sin mostrar evidencias de ningún tipo, Cabello aseveró que estos ciudadanos están supuestamente acusados, de planificar presuntos “actos terroristas” y actividades desestabilizadoras en Venezuela.
Expuso como ejemplo al gendarme argentino, Nahuel Gallo, raptado injustamente cuando intentaba visitar a su esposa e hijo en Venezuela. Sin pruebas fehacientes, Cabello intenta acusarlo de presuntamente estar implicado, en un atentado contra la jerarca chavista Delcy Rodríguez.
Según Cabello, estos extranjeros en manos del narcorégimen habrían aparentemente confesado sobre los supuestos planes de desestabilización y el origen de su financiamiento.
Además, sin proporcionar detalles específicos sobre los arrestos, afirmó que estos individuos estaban vinculados a la oposición venezolana, liderada por María Corina Machado.
Cabello dijo que entre los detenidos se encuentran ciudadanos de Israel y Estados Unidos, así como de Colombia, Perú, España, Italia, Uruguay, Suiza, República Checa, Líbano, Albania, Países Bajos, Argentina y Guyana.
En las redes sociales enfatizaron el anuncio sobre la captura ilegal de israelíes, y las consecuencias que ello podría tener para la organización delictiva que coordina Nicolás Maduro.
«Todavía no puedo creer como Diosdado Cabello dice tan livianamente que secuestraron a un israelí, ¿Sabe lo que es meterse con Israel?», indicó un comentario en X.
Otra publicación señaló: «¿Qué pensás [que] debería hacer Israel con Diosdado Cabello? Acaba de anunciar que tienen secuestrado a un Israelí…».
El anuncio se produce a medida que la oposición organiza nuevas protestas, de cara a la juramentación ilegal que piensa realizar Maduro para este viernes. En las plataformas digitales, los internautas consideraron, que estas informaciones de Cabello intentan infundir temor en la población, aunque podrían costarle caro a futuro.