Caracas. – A menos de un dólar por mes descendió el salario mínimo de los venezolanos, según el tipo de cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), que se ubicó en 131,12 bolívares.
El salario mínimo, que incide en beneficios laborales como vacaciones, liquidación y utilidades, se mantiene en 130 bolívares desde marzo de 2022, cuando en ese momento equivalía a unos 30 dólares al mes, cifra que durante ese año también resultaba insuficiente para costear los gastos mensuales de un ciudadano.
No obstante, por políticas monetarias del narcorégimen chavista, este monto base es complementado con bonos gubernamentales no computables, que suman hasta 160 dólares mensuales —pagados a la tasa BCV—, pero que no tienen incidencia en las prestaciones y demás beneficios laborales.
La equivalencia del salario mínimo desató críticas fuertes en las redes sociales, en las cuales gremios, analistas y movimientos sindicales de todas las áreas, manifestaron su rechazo al nivel al cual quedó el ingreso de los venezolanos.
Por ejemplo, la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) pidió aumento salarial «ya» para el gremio de docentes, quienes ganan, según dijo, entre 1 y 4 dólares mensuales.
«Con remuneraciones que oscilan entre 1 y 4 dólares, se compromete el futuro del país, la formación de nuestros profesionales y el desarrollo de la ciencia», manifestó la APUCV en X.
También, la ONG Provea subrayó que, según la Constitución, el Estado venezolano «tiene la obligación de garantizar un ingreso suficiente para una vida digna, ajustado periódicamente al costo de la canasta básica», cuyo costo fue en abril de 503,73 dólares, de acuerdo a los últimos datos disponibles de la organización Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Otra de las críticas fue difundida por el exgobernador del estado Bolívar Andrés Velásquez, quien describió en sus redes sociales a la cotización del dólar como un «umbral del infierno», y advirtió que los ingresos «se vuelven sal y agua por la acelerada devaluación».