De Derecha Diario
Las nuevas restricciones que el gobierno nacional quiere imponer apuntarían a reducir la circulación por la noche, condenando al sectro gastronómico a la quiebra. A pesar de haber apoyado al principio, desde JxC esbozaron su rechazo.
Fuentes de la Casa Rosada le revelaron ayer por la noche al medio TN los detalles del decreto presidencial que está preparando Alberto Fernández para volver a imponer una cuarentena en el país.
Esta filtración coincide con lo revelado por el medio ultra-kirchnerista El Destape, conducido por el operador político Roberto Navarro, quien anticipó el lunes por la mañana en su programa de radio que el gobierno nacional iba a implementar un nuevo confinamiento «a más tardar esta semana«.
A pesar de estar con COVID-19, Alberto Fernández mantuvo largas reuniones con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof este lunes tratando de presionar a los gobiernos locales para que acepten volver a fases más restrictivas.
Desde la Buenos Aires, el ministro de Economía Pablo López le habría indicado a Kicillof que la Provincia no puede sobrevivir otra cuarentena, y que en pleno año electoral podría ser incluso una mala jugada política. Sin embargo, luego de muchos idas y vueltas, el Gobernador habría sido convencido en favor de la cuarentena por el ministro de Salud Daniel Gollán, quien asegura que «Argentina se puede convertir en un foco mundial del virus si no se toman medidas«.
Por su parte, Larreta habría aceptado en un primer momento confinamientos más estrictos, pero mantuvo una postura inquebrantable sobre el cierre de las escuelas. Esta negociación concluyó con Fernández, Kicillof y Larreta aparentemente acordando un «encierro nocturno«.
Esta información también había llegado a La Derecha Diario el pasado domingo 4 de abril.
En síntesis, el documento filtrado asegura que el nuevo decreto de Alberto Fernández establecerá:
- Prohibición de la circulación nocturna; a definir si será desde las 22hs a las 6 am, o si será más estricta, de 18 a 6.
- Prohibición de reuniones sociales en espacios privados; con especial énfasis en las fiestas clandestinas (según el gobierno, esta es la principal razón de los contagios).
- Suspensión de todos los eventos en salones o espacios cerrados; cancelando así cualquier tipo de casamiento, festejo de cumpleaños o evento corporativo.
- Aforo del 30% en restaurantes y bares durante las horas que estén abiertos.
- Suspensión de viajes de egresados.
- Cierre de casinos y bingos.
- Cierre de deportes en lugares cerrados.
- Limitación del transporte público a «personal esencial».
Estas medidas tendrían una duración de por lo menos 3 semanas, hasta el viernes 30 de abril o el lunes 3 de mayo, aunque los argentinos ya tienen experiencia de la duración de las cuarentenas de este gobierno.
El 20 de marzo del año pasado, Alberto Fernández estableció una cuarentena por sólo 15 días para ordenar el sistema de salud, y ésta se terminó extendiendo 8 meses, la más larga del mundo. Los argentinos estarán atentos cuánto tiempo más la clase política decidirá tenerlos encerrados nuevamente.
Estas medidas, aunque no afectarán el trabajo normal «de 9 a 5» de los argentinos, podría terminar de condenar al sector gastronómico.
Luego de un año de cuarentena, 4 de cada 10 restaurantes, bares o boliches bailables tuvo que cerrar, y los que sobrevivieron lo hicieron con poco margen de maniobra.
Un confinamiento nocturno podría resultar en la total devastación de este segmento del mercado. Esto se traduce en más cierres, más personas que pierden su empleo, más clandestinidad, y mayor pobreza.
Sobre este tema, después de casi un año defendiendo las cuarentenas, Juntos por el Cambio lanzó un comunicado demostrando explícitamente su rechazo a este decreto que publicará el gobierno kirchnerista.
La decisión vino después de que se juntara la improvisada «mesa nacional» de la coalición, con Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo, Maxi Ferraro, Martín Lousteau, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros.
Estos también discutieron la situación electoral, donde el gobierno está listo para suspender las PASO y posponer las elecciones generales de octubre a diciembre. Luego de una aparente complicidad para lograr este cometido entre el gobierno y la oposición, Juntos por el Cambio cerró filas y ahora se opone completamente a cualquier cambio del calendario electoral.