De Alt Media
A lo largo de la historia, los científicos han descubierto y estudiado fósiles humanos de hombres y mujeres, identificándolos por su sexo biológico. Sin embargo, un grupo de activistas de género, impulsados por una arqueóloga izquierdista, están pidiendo que dejen de ser identificados de esa forma.
Fue Emma Palladino, una arqueóloga canadiense, quien generó el debate en Twitter hace una semana y tuvo que poner privada su cuenta ante el revuelo que causó entre otros expertos.
La investigadora sugirió a los investigadores que dejaran de determinar el sexo biológico de los fósiles humanos porque “no define el género de una persona, es decir, no es posible saber si el fallecido se identificó como hombre o mujer”, de acuerdo con lo citado por el sitio web de Gizmodo.
Los científicos identifican el sexo biológico de los restos humanos por la anatomía de los huesos, que permite identificar si una persona nació con órganos genitales femeninos o masculinos.
Para Palladino, asignar un género en función de las características físicas termina “haciendo inviable a esa persona” y el método “no forma parte del objetivo final de ninguna investigación”.
Por su parte, el Grupo de Trabajo “Trans Doe”, compuesto por activistas de género, cree que: “los estándares actuales de identificación humana forense perjudican a las personas que no encajan claramente en la binaridad de género”.
Este grupo sugiere que se consideren otras pistas contextuales para identificar restos, como la ropa, que podría determinar si era o no “culturalmente compatible con un género diferente al asignado”.
En contra de estas ideas está la arqueóloga Elizabeth Weiss, quien dijo a The Fix que aplicar sexo biológico a restos humanos a menudo ayuda a disipar mitos dañinos para las mujeres.
“Algunos antropólogos antiguos a veces confunden esqueletos femeninos robustos con esqueletos masculinos, particularmente en las colecciones aleutianas e inuit; esto reforzaba los falsos estereotipos de que las mujeres no eran tan trabajadoras como los hombres”, explicó.
Para la científica, no lograr determinar el sexo biológico de los fósiles sería un revés para la ciencia y las mujeres.