Caracas. – A juicio de Andrés Izarra, uno de los chavistas prófugos de la justicia y quien conoce bien al aparato de poder tras la tiranía, la responsabilidad directa del desfalco en PDVSA es de Nicolás Maduro, por lo que debería ser el primero en renunciar.
El ex ministro de Hugo Chávez, ofreció una entrevista desde Berlín (Alemania), donde se encuentra radicado, este pasado fin de semana, para hablar sobre la guerra interna desatada entre los integrantes de la Narcotiranía.
«Es una guerra entre las mafias que conforman el madurismo. Hubo un cable dramático que publicó Reuters, donde se informó que fueron por lo menos 20.000 millones de dólares los que están desaparecidos. Nicolás Maduro es quien debería renunciar, porque esto es una responsabilidad directa: La administración del Estado», indicó.
También se refirió al caso de Tareck El Aissami, sobre quien duda sea detenido, pues, maneja mucha información.
«El grupo de El Aissami, que al parecer en silencio ha ido construyendo un nivel de poder que le disputa la preponderancia al Estado venezolano, controla fiscales, militares, operadores políticos, económicos, quienes a la vez tienen juicios en los EEUU. Estructuras de inteligencia, policiales y militares. Es un poder, por eso es que no lo pueden meter preso. Conoce todos los pecadillos, los negocillos», dijo.
Del mismo modo, aprovechó la oportunidad para señalar que Nicolás Maduro, a quien acusó de ser «jefe del pranato», ha reducido el poder de Diosdado Cabello, el segundo al frente del chavismo y que, actualmente, los hermanos Rodríguez y los allegados a El Aissami son los que controlan el país.
Explicó que se trata de una pugna entre facciones de poder, cada una con intereses propios, las cuales han desatado una batalla precisamente para defender sus cuotas.
«Cada grupo tiene sus intereses económicos, su red de inteligencia, sus conexiones internacionales y alianzas con otros grupos. Pero es fluido. A veces se alían con otros para ir contra un tercero, luego se reconfiguran, es una relación plástica. Pero cada quien controla ciertas alas de influencia, tiene mayor tradición de arraigo en ciertos espacios de influencia del Estado. Cada quien tiene su grupo de militares con los que trabaja. Y es como una cosa tribal entre esta élite madurista. Muy mafioso, es una organización delincuencial, sin duda», precisó.