De Derecha Diario
El desequilibrio operativo del Estado federal fue completamente erradicado hacia el mes de enero, y el sector público consolidado ya registra un fuerte superávit primario como no se veía desde octubre de 2014.
A pesar del fuerte impacto fiscal provocado por la pandemia en 2020, el presidente Jair Bolsonaro recuperó la disciplina fiscal en Brasil en tiempo récord, y a pesar del clima electoral de cara al 2022.
El Banco Central de Brasil reveló que el Gobierno federal finalmente alcanzó el equilibrio primario en el mes de enero de 2022. Mes a mes el Gobierno de Brasil consiguió resultados superavitarios desde mediados del año pasado, por lo que el acumulado anual de 12 meses arrojó un muy tímido déficit de solo el 0,01% del PBI en enero.
Esto constituye un resultado histórico: la eliminación del déficit primario federal se concretó en solo 11 meses, partiendo de un gigantesco desequilibrio fiscal de casi 10 puntos del PBI en diciembre de 2021 como consecuencia de la pandemia. Desde la década de 1990 que no se producían ajustes fiscales tan rápidos y contundentes en Brasil.
Es la primera vez que el Gobierno federal (sin los Estados locales ni los municipios) logra alcanzar el equilibrio fiscal primario desde octubre de 2014, cuando estallaba la severa crisis económica y financiera bajo el Gobierno socialista de Dilma Rousseff.
Contabilizando los intereses de deuda pública, el déficit del Gobierno federal llegó al 4,66% del PBI, incluso por debajo del que había antes de la pandemia y el más bajo desde noviembre de 2014. Esto marca la fuerte impronta por la disciplina fiscal en el Gobierno de Bolsonaro, bajo la tutela del ministro de Economía Paulo Guedes.
El sector público consolidado de Brasil, ahora incluyendo a los Estados locales y las distintas municipalidades, registró un fuerte superávit primario del 1,23% del PBI en el mes de enero. El acumulado anual de 12 meses volvió a mostrar un superávit por tercer mes consecutivo. Nuevamente, este resultado se vuelve a alcanzar por primera vez desde octubre de 2014.
Solamente en enero de 2022 fue registrado un superávit primario por R$ 101,8 millones considerando todos los niveles del sector público consolidado, frente a los R$ 58,4 millones en el mismo mes del año anterior.
Junto con todos los intereses de deuda de los Estados y los municipios, y neteando las distintas partidas del sector público para evitar repeticiones, el déficit financiero total de Brasil cerró en el 3,62% del PBI en enero según informó la máxima autoridad monetaria de ese país.
La reducción del déficit pudo ser concreta a partir de una serie de lineamientos: la privatización de empresas estatales deficientes, la eliminación de la corrupción en las empresas estatales que aún no se han privatizado, el ajuste del sector público federal, y la estabilización de la recaudación tributaria a raíz de la recuperación económica.
La racionalización del gasto público fue impulsada por el Gobierno federal una vez pasado el shock que implicaba la pandemia, pero los distintos Estados acataron el mismo rumbo fiscal.
Gracias a la drástica disciplina fiscal, la situación crediticia de Brasil volvió a mejorar. La deuda neta del sector público consolidado cayó al 56,64% del PBI, y bajó casi 5 puntos porcentuales desde diciembre de 2020. Este resultado se obtiene a partir de la diferencia entre la deuda bruta del sector público y las acreencias financieras que dispone.