De Alt Media
Varios obispos de Chile advierten en un documento sobre el peligro que corre la libertad religiosa en el país con la nueva Constitución: “Al quedar sujetos a lo que establece la propuesta de Constitución, se pone en riesgo la libertad religiosa, lo que se agrava si consideramos que la propuesta no da un rango constitucional a la objeción de conciencia”.Informa ACI prensa.
El nuevo texto se basa en cinco grandes pilares: ideología de género, feminismo, indigenismo, comunismo y ambientalismo, y será aprobado o rechazado el 4 de septiembre a través de un plebiscito.
Por lo que el pasado viernes tuvo lugar un encuentro episcopal donde los obispos expresaron su preocupación sobre algunos temas transversales que trata el texto constitucional.
Los obispos denuncian que, según la nueva propuesta, el ejercicio del derecho de libertad religiosa debe hacerse “de conformidad con la ley, respetando los derechos, deberes y principios que esta Constitución establece (art. 67,4)”. Por lo tanto, las personas o instituciones podrían ser forzadas a asumir prácticas o transmitir valores contradictorios con su fe”.
“Llama la atención que la propuesta constitucional reconozca derechos a la naturaleza y exprese preocupación por los animales como seres sintientes, pero no reconozca ninguna dignidad ni ningún derecho a un ser humano en el vientre materno”, reclaman los obispos.
Los obispos advierten que la nueva Constitución reconoce “el derecho al aborto, asume una orientación cuestionable de la educación sexual donde los padres participan de una forma muy insuficiente, y promueve una teoría radical de género”.
Asimismo, sobre el valor de la vida, precisan que la propuesta pone al aborto en un nivel normativo alto, como el constitucional, y como un derecho sin interferencia de terceros, “con lo cual no solo excluye la participación del padre en esta decisión, sino también el ejercicio de la objeción de conciencia personal e institucional”.
Además, los obispos aseguran que el nuevo texto asegura a toda persona una “muerte digna”, definiéndola como un derecho ambiguo, “porque pretende solucionar un problema acabando deliberadamente con una vida humana”.