Caracas. – Según lo denunció este lunes el corrupto fiscal de la narcotiranía venezolana, Tarek William Saab, Rocío San Miguel fungía como una espía que facilitaba información estratégica sobre Venezuela a actores extranjeros.
En una rueda de prensa ofrecida desde la sede del Ministerio Público, Saab ofreció más detalles sobre la detención de la presidente de la ONG Control Ciudadano, para ahondar en las supuestas evidencias encontradas durante el reciente allanamiento a su vivienda.
Tal como lo indicó, San Miguel era la presunta «encargada de coordinar la parte mediática de la conspiración», además de fungir como espía «a través de parejas o relaciones públicas con miembros de las Fuerzas Armadas».
Al respecto, dijo que la activista aparentemente «se relacionaba con algunos militares para realizar acciones en contra de la soberanía del Estado».
Así, señaló que una de las primeras evidencias habría sido localizada durante la detención de Guillermo Enrique César Siero, presunto implicado en la operación «Brazalete blanco».
«En su residencia se encontró la orden de operaciones donde se especificaban las acciones de la operación Brazalete Blanco. Ahí aparece Rocío San Miguel», dijo.
En este sentido, el Saab reveló que la abogada iba a ser la encargada de coordinar la parte mediática, y brindar protección de los DDHH a los militares que se unieran al movimiento.
Asimismo, precisó que, durante el allanamiento a su vivienda, al parecer «se consiguieron 18 mapas cartográficos. En esos mapas aparecen demarcadas instalaciones militares en todo el país».
«Hay 17 mapas con descripciones militares. ¿Para qué? No era para hacer una marcha. Eso se reserva como inteligencia del Estado y los componentes respectivos, no para ONG. Hay más de 24 zonas de seguridad demarcadas, incluyendo el palacio de Miraflores. Aunque los mapas son de acceso público, su acopio sistemático constituyen un trabajo de inteligencia sostenido en el tiempo», explicó.
Saab también señaló que San Miguel aparentemente tenía un protocolo de seguridad para ocultar sus aparatos electrónicos. El protocolo habría sido activado por su entorno más cercano, compuesto por quienes ya se encuentran bajo régimen de presentación.
«¿Por qué un activista tiene que tener los perfiles de los mandos digitales? Toda esa información nos habla de un perfil que corresponde al de una agente», puntualizó el alto funcionario de la dictadura.