El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, de 59 años, ha conmocionado a todo Ecuador, que viene desde hace años padeciendo un incremento de la criminalidad relacionada con el auge de las organizaciones internacionales del narcotráfico.
Villavicencio precisamente había incidido durante su campaña sobre la inseguridad y la lucha contra estos grupos, con propuestas que que iban desde la construcción de nuevas cárceles hasta la militarización de la seguridad ciudadana.
«Ecuador es un narcoestado», llegó a decir el que fuera sindicalista y posteriormente periodista, una profesión con la que logró notoriedad al acusar de corrupción al expresidente Rafael Correa y a su gobierno.
En su particular batalla contra Correa sufrió un duro revés, después de que en 2014 fuera condenado a 18 años de cárcel por perjurio tras acusarle de manera infundada de delitos de lesa humanidad por una intervención militar en un hospital de la Policía.
No obstante, Villavicencio logró sortear la pena huyendo del país, hasta que el expresidente Lenín Moreno permitió que volviera en 2017.
Ya en Ecuador, en octubre de 2020 retomó su carrera política entrando en la Asamblea Nacional, donde permaneció hasta que se presentó como candidato a la Presidencia por el Movimiento Construye.
En la Cámara, destaca su voto para evitar la destitución de Guillermo Lasso, quien en pleno juicio político, optó por la ‘muerte cruzada’, un recurso con el que dimite y adelanta el proceso electoral para un nuevo presidente.
Cabe destacar que Villavicencio había denunciado las amenazas de muerte que recibió en varias ocasiones. Así, reveló que «uno de los capos del Cartel de Sinaloa», alias ‘Fito’, le advirtió de que si continuaba refiriéndose a él y a su estructura atentarían contra su vida.
No obstante, su respuesta fué que «esto confirma que nuestra propuesta de campaña afecta gravemente a estas estructuras criminales. No les tengo miedo». En otra ocasión también aseguró que no usaría chaleco antibalas para resguardar su vida.
Sin embargo, es necesario mencionar que, según marcaban las últimas encuestas, la candidatura de Villavicencio no contaba con el gran interés del electorado ecuatoriano, que le situaba entre el cuarto y el quinto lugar, con apenas el 7 por ciento de los votos para las elecciones del 20 de agosto.