El panorama para Argentina, respecto al contexto político actual, jamás había estado tan claro.
Las ideas de la libertad – cuya popularidad y aceptación en la población ha venido creciendo gradualmente, en gran medida por el ascenso político del economista Javiel Milei – son una fuerza que representan a un tercio de la ciudadanía, dicho así en las urnas electorales a través de los dos comicios más recientes (las PASO y la primera vuelta para las elecciones presidenciales).
El próximo 19 de Noviembre, los Argentinos tendrán la oportunidad de escoger el rumbo que su nación seguirá por los próximos años.
Desde el extranjero, cuando se menciona a este país latinoamericano, el tema que siempre sale a relucir en cualquier conversación es el estado de su economía, que ha conseguido índices inflacionarios tan altos, que en algunos meses logra superar a otras naciones que se encuentran actualmente hundidas en la miseria, como Venezuela. Es por ello, que, sumado a todos los escándalos de corrupción, ineptitud, abuso de las instituciones, y una calidad de vida cada vez más decreciente, es inadmisible que los argentinos – si quiera – consideren a uno de los autores de esta debacle: Sergio Massa, actual Ministro de Economía.
Por otro lado, «El León» está proponiendo un cambio, hacia un modelo de país totalmente opuesto al que ha implementado el Socialismo del Siglo XXI en los últimos años. De poder aplicar sus propuestas, Milei – junto a su equipo – podría devolverle la grandeza a Argentina, país que a inicios del siglo pasado competía con grandes naciones a nivel global.
Esto ha sido entendido por algunos políticos quienes, dejando a un lado sus rivalidades personales, han decidido unirse en un frente conjunto cuyo objetivo es enterrar – electoralmente – al Kirchnerismo: modelo generador de miseria que gobierna actualmente.
No obstante, alrededor de la figura de Milei, han llovido muchas críticas que – quizás – logren poner en duda a los votantes; sin embargo, prestarle atención a la superficialidad alrededor de una figura pública, por sobre su trayectoria, sus valores y principios, ha salido costoso en el pasado.
En el año 1998, la abstención y los votos en blanco superaron, de manera significativa, a los votantes que vieron en la figura de Hugo Chávez un cambio. Ya sabemos que sucedió tras ese error, en donde el carisma del dictador fue capaz de enamorar a millones de votantes – los suficientes – para llegar al Palacio presidencial, y abandonarlo sólo por causas naturales, aunque su modelo tiránico continúa oprimiendo a millones de venezolanos.
Es poco probable que los ciudadanos aprendan de errores ajenos, pero sería un error no advertir sobre los peligros que representa la continuidad del sistema en ejercicio. Además, no se debe acudir a otras latitudes para entender lo que sería un eventual gobierno del actual Ministro de Economía, basta con tocarse el bolsillo, ver sus cuentas bancarias y observar las más recientes encuestas que arrojan unos números alarmantes respecto a la cantidad de jóvenes que quieren abandonar el país.
El llamado desde esta tribuna es claro:
- A los venezolanos que hacen vida en Argentina: No permitan que la historia se repita. No pierdan una segunda patria. Conviertánse en miembros activos de esta gesta libertaria y utilicen sus esfuerzos para concientizar a los argentinos que aún no están convencidos sobre a quien votar en las elecciones de noviembre.
- A los argentinos: No juzguen a un político por características banales, las elecciones no son un concurso de amigos, y «el más simpático,» no necesariamente es el más idóneo. Coloquen sobre una mesa la trayectoria de Javier Milei como alguien exitoso en la empresa privada, y, en su corta carrera política, como quien ha cumplido sus promesas – que incluye la donación de su salario como diputado, y el votar en favor de la reducción de impuestos en cualquier escenario. La otra opción es Sergio Massa, actual Ministro de Economía, no hay que explicar su desempeño en el cargo, ni su discurso cambiante conforme el viento se mueve en otra dirección.
Votando a los mismos de siempre, sólo se pueden conseguir los mismos resultados. El cambio – de bien – sólo puede suceder si se le da una oportunidad a quien etsá promoviendo un divorcio total de ese sistema nefasto que hoy amenaza a una región entera.
¡Vota por Javier Milei!
¡Juntos por la Libertad!