El Departamento de Defensa de Estados Unidos estima que Afganistán se ha vuelto a convertir en un centro de coordinación terrorista internacional en los dos años que lleva bajo el retorno al poder de los talibán, incapaces de atajar la resurgencia de la organización yihadista Estado Islámico.
Una nueva remesa de los documentos del Pentágono filtrados presuntamente por el miembro de la Guardia Nacional Jack Teixeira, indican que el grupo ya está planeando, con la participación de su filial afgana, ataques contra Europa y Asia, y aspira a hacer lo mismo en Estados Unidos.
Por ejemplo, los líderes de la filial, Estado Islámico – Provincia de Jorasán (o ISIS-K) han planeado desde el país centroasiático ataque contra embajadas, iglesias, centros comerciales e incluso llegaron a contemplar un ataque contra la Copa del Mundo de Fútbol de Qatar.
El pasado mes de diciembre, los responsables del Pentágono estaban al tanto de nueve de estas posibles operaciones, que ya eran 15 para el mes de febrero, según la información, recogida por el ‘Washington Post’.
Desde Afganistán, «Estado Islámico ha estado desarrollando un modelo rentable para operaciones externas que se basa en una combinación de recursos internacionales, el reclutamiento de operativos en países objetivo y la configuración de extensas redes de facilitación», según la evaluación del Pentágono.
«Es probable que el modelo permita a ISIS superar obstáculos como la existencia servicios de seguridad competentes, y reducir algunos plazos de la trama, lo que reduciría las oportunidades para anularlas», añaden.
El régimen talibán considera a Estado Islámico una organización terrorista, contraria a sus preceptos, y desde su llegada al poder ha emprendido algunas operaciones contra sus escondites.
Ello no ha impedido que la organización yihadista haya perpetrado ataques sangrientos desde el mismo retorno de los talibán al poder en agosto de 2021, con un atentado suicida en Kabul durante el proceso de evacuación internacional que dejó 170 afganos y 13 militares estadounidenses fallecidos, o bien en los meses siguientes contra la minoría chií del país.