De Derecha Diario
Ante la convicción del Presidente Milei de recortar las transferencias discrecionales a las provincias, el gobernador Axel Kicillof analiza la posibilidad de emitir una cuasimoneda aprovechando un vacío legal de la Constitución Nacional.
El reducto kirchnerista que todavía resiste en la Provincia de Buenos Aires, de la mano de Axel Kicillof, manifestó una posición económica diametralmente opuesta al que tiene el nuevo Gobierno nacional. En este sentido, Kicillof anunció orgullosamente que buscará expandir nuevamente el gasto público y los impuestos durante los próximos cuatro años de gestión.
Sin embargo, ante la negativa del presidente Javier Milei por seguir otorgando recursos discrecionales sin límites a través de transferencias a dedo de la Presidencia, el Gobernador analiza seriamente la emisión de cuasimonedas, similares a los Patacones que circularon entre 2001 y 2002.
El kirchnerismo quiere aprovechar un vacío legal de la Constitución Nacional, a partir del cual se le permite al Banco de la Provincia de Buenos Aires emitir su propia moneda. En realidad, mucho antes de la creación del Banco Central e incluso antes de la creación de la caja de Conversión nacional en la década de 1880, el Banco Provincia se constituía como la principal entidad bancaria encargada de la emisión de papel moneda.
Desde entonces, y pese a los sucesivos cambios constitucionales transcurridos hasta la fecha, jamás se levantó esta cláusula especial con la Provincia de Buenos Aires, y el vacío legal podría ser aprovechado por el kirchnerismo de la misma forma en que ocurrió durante la crisis del 2001.
“Es algo que nos permite la Constitución Nacional y la Constitución Provincial como parte de los pactos preexistentes. En su momento, el Banco Provincia emitió moneda”, explicó el Ministro de Gobierno de la Provincia, Carlos Bianco.
Enfocado en aumentar el gasto público, y ante la imposibilidad de recibir asistencia del Estado Nacional, aislado de los mercados internacionales y en una situación que una suba de impuestos lleva a menor recaudación, la única manera que Kicillof podrá pagar sueldos de empleados públicos y cumplir con obligaciones financieras será a través del pago con una nueva moneda propia, que podría llamarse “el bonaerense“, el cual se espera que tenga altos niveles de inflación.
El gobernador Kicillof esgrime como excusa a la falta de transferencias discrecionales para considerar la emisión de una cuasimoneda, pero realmente esto no está justificado. Paralelamente al recorte de las transferencias (por el 0,7% del PBI), el ministro Luis Caputo también anunció la reversión de la reforma sobre el impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría.
Los recursos del impuesto a las Ganancias son coparticipables, y la Provincia de Buenos Aires se verá fiscalmente beneficiada por la medida. La verdadera razón por la cual el Gobernador pretende lanzar cuasimonedas es lisa y llanamente el aumento del gasto público por encima de las posibilidades, un elemento troncal de la política económica del kirchnerismo.
Emitiendo una cuasimoneda que la gente no demanda (preferiría pesos o dólares en su defecto), el Gobernador sólo amenaza con devaluar todavía más la calidad de vida de los bonaerenses, en contra de sus propios intereses.
Y es que la manera de “inyectar” la eventual moneda del Banco Provincia podría ser mediante el pago de salarios públicos en esta denominación, y reconociéndola como un medio para cancelar impuestos como se hizo entre 2001 y 2002.