Las declaraciones desde EE. UU. sobre un posible envío a Ucrania de misiles Tomahawk, que permitirían a Kiev contar con armamento de largo alcance para llevar a cabo ataques en profundidad contra Rusia en medio de la guerra desatada en 2022, han provocado un nuevo repunte de la retórica y las advertencias desde Moscú, que han recalcado que estas entregas supondrían una violación de una de sus ‘líneas rojas’, en medio del estancamiento de la vía política para un fin del conflicto.
El presidente estadounidense, Donald Trump, indicó el lunes que «casi había tomado una decisión, en gran medida», sobre la posibilidad de suministrar este armamento a Ucrania o de venderlo a la OTAN para que sea la Alianza la que lo transfiera posteriormente a Kiev, si bien por ahora no hay una decisión definitiva sobre este paso, en un momento en el que el mandatario intenta mediar un proceso de paz entre Ucrania y Rusia.
«Creo que quiero determinar qué van a hacer con ellos, dónde los envían, supongo. Tengo que hacer esa pregunta», dijo. «No quiero ver un recrudecimiento (de la guerra)», manifestó desde el Despacho Oval, después de que Ucrania reclamara la entrega de esta arma para incrementar sus capacidades militares a la hora de responder a la invasión desatada el 24 de febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladímir Putin.
La petición de Kiev fue formulada en un momento en el que Trump ha mostrado su creciente frustración con Putin por la falta de avances en sus esfuerzos para sacar adelante una reunión entre el mandatario ruso y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y los constantes ataques rusos contra territorio ucraniano, que han dejado decenas de miles de víctimas.
Así, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, ya confirmó el domingo que Washington está sopesando la petición de Kiev y destacó que la decisión «final» estaba en manos de Trump, mientras que el enviado estadounidense para Ucrania, Keith Kellogg, recordó el 28 de septiembre que Washington ha autorizado a Ucrania a lanzar ataques en profundidad en Rusia, dado que «no hay nada similar a santuarios».
La petición de Zelenski, quien ha defendido que las entregas de armamento de precisión a Kiev podría llevar a Putin a la mesa de negociaciones, habría sido formulada durante una reunión con Trump en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, celebrada a finales de septiembre, en el marco de la cual el propio presidente ucraniano lanzó una amenaza velada contra los altos cargos rusos en Moscú.
En este sentido, destacó en una entrevista concedida el 25 de septiembre al portal estadounidense de noticias Axios que, en caso de que no haya un acuerdo para el fin de una guerra, la cúpula del Kremlin «tiene que saber dónde están los refugios (antiaéreos)». «Tienen que saber dónde están los refugios. Si no detienen la guerra, los necesitarán», zanjó.