Por Ricardo Guanipa d’Erizans.
El pasado fin de semana la activista de Derechos Humanos y analista militar, Rocío San Miguel, fue secuestrada por esbirros de la dictadura para que horas después el fiscal torturador del régimen Tarek William anunciara que San Miguel había sido acusada de participar en una conspiración (totalmente falsa) para asesinar al narcotraficante fugitivo de la DEA Nicolás Maduro, sobre quien pesa recompensa de USD$ 15 millones para quienes ayuden a las autoridades norteamericanas para llevar a cabo su arresto.
El disparatado anuncio ocurrió a solo horas que el equipo del empresario chavista Wilmer Ruperti ganara la serie del Caribe dirigido por el comunista Oswaldo Guillen quien consiguió el respaldo en Miami de unos 30 mil venezolanos que asistieron al estadio para apoyar a los Tiburones de la Guaira del chavismo.
“Amo a Fidel Castro… Respeto a Fidel Castro ¿Sabes por qué? Mucha gente ha tratado de matar a Fidel Castro durante los pasados 60 años, pero… todavía está ahí» dijo Ozzi Guillen en abril de 2012, lo que produjo a la postre su despido como manager de los Marlyns de la Florida, donde viven millones de víctimas de la dictadura cubana y venezolana. Sin embargo, los venezolanos olvidaron en el 2024 las declaraciones del comunista Guillen fueron masivamente al Loan Depot Park para apoyar al equipo de Wilmer Ruperti, el mismo que pago la defensa de los narco-sobrinos del narcotraficante fugitivo de Nicolás Maduro, que fueron sometidos a la justicia de Nueva York por intentar introducir 800 kilos de cocaína en Norteamérica; no obstante, los dos capos fueron liberados por negociaciones oscuras entre Joe Biden y su par Maduro, por esa razón, yo que sabia la verdad sobre los Tiburones Rojos, no fui ni a un solo juego del equipo de Wilmer Ruperto, y no fui porque mis padres me educaron para tener dignidad, moral y principios.
También entiendo que la gran mayoría de los venezolanos que fueron a darse un baño de venezolanidad apoyando al tricolor nacional, pero que desconocían que los chavistas son los propietarios del equipo y, por esa razón, la ausencia de los dueños del equipo, sancionados por EE. UU., para recibir la copa dejándolo en manos del comunista Guillen, que sabe defender con orgullo a la dictadura chavista.
Pero Maduro no podía permitir que Diosdado Cabello y su socio Wilmer Ruperti capitalizaran el triunfo de los Tiburones de la Guaira dentro de toda Venezuela, quienes, los jugadores, no Diosdado ni Ruperti, dando lo mejor de sí mismo, dieron una exhibición del buen beisbol en Miami, ocasionando el repudio y la rabia del narco del Miraflores.
Así, obedeciendo las indicaciones de su psiquiatra perverso y pervertido Jorge Rodríguez, se ordenó opacar inmediatamente la celebración de los escualos con una noticia que acapararía la reacción de los medios dentro y fuera de Venezuela y la mejor idea fue secuestrar a la activista San Miguel sin permitir que abogados y familiares se reúnan con ella para alimentar especulaciones dentro y fuera de Venezuela, mientras los pobres Tiburones de la Guaira fueron confinados a un pileta de agua en Caracas, incluyendo al bocaza mal hablado del Ozzi Guillen, a quien sus camaradas le ordenaron cerraron la jeta y ponerse su mejor disfraz para celebrar los carnavales y dejar que Jorge Rodríguez siga con su falso positivo hasta controlar la emociones de los venezolanos con el triunfo de la serie del Caribe y para eso tienen a otro perverso y pervertido, el Fiscal Tarek William, un malandro comunista sin educación ni escrúpulos.