Por Ricardo Guanipa d’Erizans.
Este domingo, el chavismo recordó lo ocurrido el 04 de febrero de 1992, 32 años atrás, como un acto glorioso, cuando en realidad lo ocurrido esa fatídica noche fue que un grupo terrorista militar encabezado por el entonces teniente Coronel del ejército Hugo Rafael Chávez Frías, de nombre MVR 200, planificaron e intentaron asesinar al presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, en lo que se constituye como la más grande conspiración política donde participaron un grupo de subversivos periodistas, editores, diputados, senadores, abogados, policías, entre otros, quienes afortunadamente fueron derrotados pero no abatidos por las gloriosas Fuerzas Armadas fieles y leales a la constitución y al sistema democrático de la Republica de Venezuela.
Dolorosamente, los terroristas siguieron en sus actividades clandestinas logrando capitalizar la simpatía de un gran número de venezolanos para llegar a la presidencia para sustituir el estamento del estado por el crimen organizado a través de un sanguinario cartel de drogas de nombre «Cartel de los Soles», integrado por militares activos, incluyendo a Ministros de Defensas y dirigido por Miraflores, primero bajo la orden de Chávez Frías y hoy por Nicolás Maduro, un capo fugitivo por quien la DEA ofrece 15 millones de dólares de recompensa para quien o quienes colaboren con su detención dentro o fuera del país.
Recordemos que el chavismo y ahora Maduro construyeron la más cruel y sanguinaria dictadura del hemisferio que ya llevan 25 años saqueando las riquezas del país y cometiendo impunemente delitos en otros países, e incluso conspiraciones para asesinar a jefes de estados o candidatos presidenciales, como lo ocurrido el pasado años en Ecuador. Tristemente, la comunidad internacional es cómplice de esta barbarie —como han sido cómplices de los horrores cometidos por los Castro en Cuba por casi 70 años—.
Lo increíble es que los chavistas maduristas que iniciaron sus actividades políticas a través de actividades terroristas para asesinar a un presidente en ejercicio en 1992 han denunciado centenares de veces diversos —supuestos— planes conspirativos para asesinar primero a Chávez y ahora Maduro, cuando son ellos los que si saben de asesinatos, golpes de estados y dirigir con éxito cualquier crimen tipificado en el código penal.
Cada semana denuncian supuestos planes para asesinar al fugitivo dictador o miembros del sindicato del crimen de nombre PSUV que desgobiernan Venezuela.
Prueba de ello fue la diabólica aparición de la diabólica nueva presidente del Tribunal Supremo de Justicia, un clon de Morticia de la serie estadounidense de los años 70 de nombre “Los Locos Adams”, una mujer que no sabe ni hablar, mucho menos tendrá la cultura para redactar una sentencia en representación del máximo tribunal del Cartel de los Soles; claro, ¿Qué profesional con mediano talento puede estar al servicio de esa organización criminal? No hay, lo que queda son mercenarios legales como Morticia y el ladrón contralor Elvis Amoroso, ahora presidente del CNE, o un mitómano como Fiscal Tarek William, que su trabajo es liberar de culpa a miembros del régimen que cometen delitos asesinando o encarcelando a los testigos.
Ante todo esto, Maduro y los chavistas creen que los venezolano somos retardados mentales. Por su puesto, en los barrios Maduro ha sembrado el terror, quien sea identificado como opositor los asesinan y Douglas Rico con su CICPC se encarga de fabricar un expediente con simulación de hecho punible para que el Fiscal cierre el caso y así mantener el terror. Pero el chavismo y el madurísimo están jugando con fuego, no pasara mucho tiempo cuando los venezolanos despierten y con sed de justicia van arrasar con la plaga chavista de la misma forma que el pueblo arraso con los perezjimenistas el 23 de enero de 1958.