Caracas. – Familiares del teniente coronel Igbert Marín Chaparro, preso político del narcorégimen, denunciaron que no solo desmejoraron aún más sus condiciones desde su traslado al penal El Rodeo I, sino que le imputaron nuevos cargos por una supuesta conspiración en la cual no está involucrado.
En un video difundido por la red social «X», su hermana, Ignell Marín, y padres aseguran que le habían prometido al militar poder optar por libertad condicional a partir de octubre de 2023. Sin embargo, este pasado 02 de marzo ya cumplió seis años de injusta detención.
Su hermana denunció que, además, en una audiencia a media noche y en compañía de un abogado público asignado por el narcorégimen, fue acusado de nuevos cargos, cuyas penas ascienden hasta 30 años de prisión.
Las acusaciones giran en torno a su presunta participación en un caso llamado La Viñeta, operación en la cual Marín negó tener la capacidad de participar, pues, según sus allegados es imposible que desde la prisión, haya podido tramar alguna conspiración desde allí.
«Mi hermano niega estas acusaciones y es que es absurdo pensar que él, desde una cárcel de máxima seguridad, puede burlar los estrictos controles que allí imperan y participar en acciones de esta naturaleza», dijo la hermana del militar.
Cabe señalar que, en ese supuesto plan, aparentemente se buscaba «atentar» tanto contra Nicolás Maduro como contra Vladimir Padrino López.
Las condiciones que enfrenta en el Rodeo I son infrahumanas; la alimentación es escasa y las condiciones de salubridad son pésimas, lo cual ha tenido serias consecuencias en su salud.
«(…) Lo mantienen encerrado en una celda insalubre donde apenas hay una letrina. No tiene provisión de agua potable y no le han permitido recibir el sol. Las escasas porciones de alimento que recibe en su celda no cubran sus necesidades. Le han negado la visita de sus abogados y no le permiten la comunicación con sus hijos (…)», señalaron en el video.
Las pocas visitas que ha recibido son de apenas 20 minutos, y se le ha visto mucho más delgado. Sus familiares temen que este estado empeore, porque no hay centros asistenciales cercanos a ese penal.
«Las terribles condiciones que hoy enfrenta Igbert demuestra un recrudecimiento en la vulneración de los derechos humanos que ha sufrido desde el mismo momento de su arbitraria detención, en franca violación a las leyes nacionales e internacionales. La grave situación de mi hermano evidencia una confabulación para impedir lo que hasta el momento era su inminente libertad y perpetuar su ya injusta prisión», advirtió finalmente la joven.