De Derecha Diario
Los precios minoristas registraron una tenue deflación del 0,3% en el mes de julio, pero la inflación acumulada de los últimos 12 meses volvió a aumentar. El Banco Central Europeo impulsó una tenue actualización de la tasa de política monetaria.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que el Índice de Precios al Consumidor español registró una variación negativa del 0,3% en el mes de julio, en comparación con el mes anterior. Es la tercera vez que España registra deflación en lo que va del 2022, luego de los datos para enero (-0,4%) y abril (-0,2%).
Sin embargo, y debido a los fuertes incrementos correspondientes al mes de junio, la inflación interanual alcanzó el 10,8% en comparación con el mismo mes del año 2021. A pesar de la tenue deflación de julio, la inflación acumulada de 12 meses tuvo un aumento debido a que el período considerado se compone entre agosto de 2021 y julio de 2022. De esta manera, se deja de lado la deflación de casi 1% registrada en julio de 2021.
El nivel de inflación interanual es el más alto registrado desde septiembre de 1984, cuando España todavía disponía de la Peseta como su moneda oficial de curso legal. A su vez, la inflación de 12 meses subió seis décimas en comparación al mismo dato interanual pero del mes anterior.
Los mayores aumentos por orden de incidencia fueron observados en los precios de la vivienda, hasta un 23% contra julio de 2021. Los precios de la indumentaria subieron un 5% interanual, mientras que los alimentos y bebidas no alcohólicas marcaron una suba del 13,5% en el mismo período.
Excluyendo los precios volátiles del promedio general, entre ellos la energía y los alimentos, la inflación “núcleo” o subyacente fue del 6,1% interanual. Es el valor más alto registrado para este segmento del IPC desde el año 1993.
El Banco Central Europeo (BCE) respondió a la inflación de forma extremadamente tardía en comparación con otras economías desarrolladas. La tasa de política monetaria de corto plazo subió al 0,5% anual, después de haber permanecido en el 0% desde 2016.
El balance total de la autoridad monetaria europea continúa en crecimiento, aunque con cierta moderación en comparación al año 2021. En este balance se incluyen los pasivos y los activos del Banco Central. Los activos incluyen créditos otorgados a entidades financieras o a los propios Estados europeos, mientras que los pasivos incluyen el dinero en circulación.
El hecho de que la hoja del balance del BCE siga creciendo expone que la política monetaria laxa no se detuvo, pese a las promesas de la presidenta Christine Lagarde para corregir el desequilibrio.