De Derecha Diario
A pesar de no haber permitido una auditoría de los votos en 2020, el gobernador republicano Brian Kemp busca recuperar el apoyo de sus votantes y aprobó una profunda reforma electoral para cortar de cuajo el fraude producto del voto por correo universal.
El pasado jueves por la noche, la Legislatura de Georgia, con amplia mayoría republicana, aprobó un proyecto de ley que reforma el sistema electoral estatal, la primera en ser legislada desde las incontables denuncias de fraude e irregularidades ocurridas en la última elección presidencial.
El proyecto de 95 páginas fue convertido en ley ese mismo jueves, cuando el gobernador republicano Brian Kemp puso su firma para que los cambios sean puestos en marcha tan temprano como en las elecciones legislativas a realizarse en 2022.
De esta forma, Georgia se convierte en el primer Estado del país en pasar una legislación de este tipo, y otorga a sus residentes una señal de confianza en el sistema electoral luego de que el territorio se haya convertido en el principal foco de denuncias de fraude electoral. El Estado, que hace décadas permanecía cómodo en manos republicanas, sorpresivamente fue ganado por Joe Biden y los demócratas se llevaron los 2 cargos a senadores.
Según el ex presidente Donald Trump, su equipo legal y miles de fiscales de mesa y veedores electorales, las elecciones en este Estado fueron robadas por el Partido Demócrata usando los votos por correo en la ciudad de Atlanta, donde punteros políticos se llevaban boletas vacías que la gente que votaba en persona había recibido en sus casas, las completaba y las enviaba como «voto tardío» en favor de Joe Biden.
La nueva ley aprobada busca justamente desbaratar esta metodología. El cambio más significativo que se implementa es que se modifica el proceso para votar por correo. Si bien la ley no elimina esta modalidad, los ciudadanos que ahora deseen votar por correo deberán presentar su identificación personal o su licencia de conducir en los lugares de votación para así verificar su identidad e iniciar el proceso para que las boletas le lleguen a su casa.Para las personas que no tengan su identificación personal o la hayan perdido, el Estado proveerá gratuitamente un sistema para otorgar otras formas de identificación.
Los principales cambios que introduce la ley son los siguientes:
1) Se prohíbe el voto por correo universal
A partir de ahora, todos los que quieran votar por correo deben ir unas semanas antes con algún tipo de identificación y dejar asentado que su voto será emitido por el servicio postal.
2) Se acorta el ciclo electoral de nueve a cuatro semanas.
Esto reduce el tiempo en el que los centros electorales aceptarán la llegada de votos por correo y disminuirá el margen para el fraude electoral.
3) Se le quita poder de decisión al Secretario de Estado en los problemas que pueden surgir de una elección.
Ahora, todas las decisiones serán tomadas por la Junta Electoral Estatal integrada por varios miembros. En 2020, el secretario Brad Raffensperger, un ferviente anti-Trump, tomó todas las decisiones para evitar una auditoría y nunca se pudieron poner a prueba las denuncias de fraude.
4) Se acorta el periodo de votación en las elecciones que van a una segunda vuelta.
5) Se prohíbe a las municipalidades locales aceptar cualquier tipo de préstamo por parte de empresas como «ayuda» para conducir sus elecciones.
En el condado ultra-demócrata de Fulton, Georgia, las autoridades demócratas habían contratado una camioneta móvil de una empresa privada para ir juntando todos los votos por correo de los ciudadanos. Esa práctica de ahora en más está prohibida y todo debe pasar por la agencia de correos del Estado.
6) Se prohíbe que los militantes partidarios ofrezcan comida o bebida a los ciudadanos que están esperando en la línea para emitir su voto.
Está práctica era usualmente utilizada por los candidatos para tratar de influenciar el sufragio de los que aún se encontraban indecisos cuando llegaban a la urna.
Los demócratas, que saben que con esta ley tendrán severas dificultades para repetir el fraude del 2020, explotaron de furia contra la legislación de esta reforma.
La desesperación de los demócratas fue tal que los mismos legisladores demócratas en la Asamblea de Georgia estallaron en protesta dentro del recinto, arrojando objetos contundentes contra sus colegas republicanos y convocando a marchas afuera del edificio para presionar para que la ley no sea firmada por el Gobernador.
El nivel de locura llegó a tal punto que la representante demócrata Park Cannon quiso ingresar por la fuerza a la oficina del gobernador Kemp, algo que los demócratas tildaron de golpe de Estado cuando los simpatizantes de Trump lo hicieron el 6 de enero en el Congreso nacional. Cannon finalmente tuvo que ser detenida y luego arrestada por la Policía.
Sin embargo, de todas estas reacciones y descalificaciones, la de más bajo nivel provino del mismo presidente Joe Biden, quien en un acto repudiable e infame comparó esta reforma electoral con las leyes de segregación racial del siglo pasado.
Excediéndose de sus capacidades constitucionales y yendo en contra de la ley, Biden también amenazó con usar a su abogado e ideólogo del voto por correo, Marc Elias, y a su equipo de fiscales del Departamento de Justicia para iniciar un proceso que le permita revertir estas reformas.
Los Fiscales Generales de varios Estados demócratas también avisaron que están estudiando hacer una demanda colectiva para contrarrestar esta legislación. Lo cual es absurdo ya que cuando los Fiscales de los Estados republicanos se unieron para hacer una demanda contra el uso del voto por correo en 2020, estos mismos demócratas se unieron para pedir la inconstitucionalidad de esta acción, pedido que finalmente la Corte Suprema apoyó.
Lo más cómico es que Delaware, el Estado ultra-demócrata de donde es oriundo Biden, se sumó entre los que criticaron la ley y pedirán su inconstitucionalidad, pero ellos mismos tienen leyes electorales aún más duras de las que acaba de pasar Georgia.
Por ejemplo, en Delaware, para poder votar por correo o en ausencia, es necesario que el ciudadano provea a las autoridades su número de seguro social y debe brindarles una razón valida que especifique por qué decidió votar por correo y no presencialmente.
A pesar del enorme cambio que supone esta ley y que complicará mucho a los demócratas, muchos republicanos no están satisfechos y aseguran que se desaprovechó la oportunidad para sepultar para siempre el voto por correo.
Si bien es un avance para volver a recuperar la confianza del público en la integridad electoral, la legislación no brinda soluciones a diversos problemas que también se han denunciado en las última elecciones.
Por ejemplo, para mitigar el impacto de limitar el voto por correo, la ley extiende el tiempo para votar de forma temprana, por lo que los ciudadanos que así lo quieran podrán votar incluso varias semanas antes del día de la elección de manera presencial. Una práctica que el ex presidente Trump criticó duramente ya que muchas veces las personas fijan su voto cuando todavía falta un mes de campaña.
Con esta ley, Georgia no prohíbe el voto por correo, y seguirá siendo uno de los pocos Estados republicanos en todo el país que permiten a sus residentes solicitar votos en ausencia sin tener que presentar una justificación válida para no ir a sufragar presencialmente.
Es irónico, porque el voto en ausencia sin una justificación válida es una modalidad que está hasta prohibida en muchos territorios demócratas, tal como explicamos en el caso de Delaware.
Cabe destacar también que la ley fue ideada por el gobernador Brian Kemp, quien si bien ha dicho ser un ferviente simpatizante de Trump, en 2020 no lo ayudó en absolutamente nada, e incluso respaldó al Secretario de Estado, Brad Raffensperger, a convalidar el fraude demócrata.
Sin lugar a dudas, el voto por correo seguirá siendo un problema en los Estados donde se continúe permitiendo votar en ausencia sin justificación, lo cual incluso superará la pandemia de coronavirus y continuará siendo una piedra en el zapato para todos los republicanos en el futuro.