Caracas. – El presidente colombiano, Gustavo Petro, sería la figura en la que se ha fijado el gobierno estadounidense para que asuma el papel de mediador con el narcorégimen de Nicolás Maduro, a fin de lograr que este permita elecciones «libres y competitivas» en Venezuela.
Tal como lo ha informado el portal Bloomberg, unos 20 altos funcionarios estadounidenses, incluyendo a Brian Nichols, del Departamento de Estado, y Juan González, del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, se han estado reuniendo con el embajador colombiano en Washington, Luis Gilberto Murillo, para analizar esta posibilidad.
Cabe resaltar que esta alternativa se plantea en el marco de los esfuerzos realizados por Estados Unidos, quien insta a los países vecinos de Venezuela a que busquen tender puentes entre Maduro y su «oposición», después de que se prohibiera a la candidata María Corina Machado presentarse a las elecciones de este año.
Bloomberg indicó que tanto Nichols como González alegaron que su objetivo no es volver a imponer sanciones, sino fomentar las condiciones para una elección justa y competitiva que incluya tanto a Maduro como a Machado.
En este sentido, los asesores estadounidenses consideran que Petro podría ser la figura clave en este proceso, ya que se le considera el principal aliado de Maduro y el más cercano.
De hecho, se ha conversado que propiciar una reunión entre María Corina y Petro, sería el primer paso para lograr que este asuma el papel mediador. Sería un encuentro virtual, dado la prohibición que pesa sobre la dirigente política para salir del país.
También, se sabe que Machado es partidaria de solicitar ayuda a los regímenes aliados al de Maduro, para que lo convenzan de permitir elecciones libres. Esta posición suya ha sido fuertemente criticada, como se ha podido observar en las redes sociales, donde los usuarios han reprochado ese planteamiento, calificando de inútil.
Varios analistas también consideran que Petro sería el portavoz ideal, en lugar del presidente brasileño Luis Inácio Lula, debido a que la migración venezolana sigue provocando más estragos en Colombia que en Brasil y, además, el gobierno carioca mantiene un distanciamiento recatado del régimen venezolano.