La Comunidad de Inteligencia de los EE. UU., una federación formada por más de una decena de agencias del Gobierno estadounidense, ha alertado este miércoles de que China sigue siendo la «mayor amenaza militar» para el país norteamericano, que hace frente a un repunte de los desafíos cibernéticos procedentes de Pekín.
En un informe, la Inteligencia estadounidense ha advertido de que China está cosechando «progresos» en relación con sus capacidades militares, las cuales podría utilizar «para hacerse con Taiwán», una isla a la que considera parte de su territorio.
Así, el texto señala que China tiene la capacidad de «golpear EE. UU. con armamento convencional, poner en peligro su infraestructura con ataques cibernéticos y atacar algunos de sus bienes en el espacio.
«China representa la amenaza militar más significativa para la seguridad nacional de EE. UU. El Ejército chino es capaz de actuar a todos los niveles del espectro bélico para frenar la intervención de EE. UU. en una crisis regional», ha recalcado.
En este sentido, ha puntualizado que Pekín tiene la capacidad de atacar territorios como Guam, Hawái o Alaska y «podría desarrollar misiles intercontinentales» de cara al futuro cercano, lo que podría facilitar un posible ataque contra el territorio continental.
«Sigue desarrollando sus capacidades nucleares y está modernizando su Ejército», recoge el texto, que apunta a un posible conflicto en caso de un «error de cálculo».
El Análisis Anual de Amenazas de EE. UU. apunta, además, a que el reciente acercamiento entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte supone también una gran amenaza para el país, cada vez más «preocupado» por esta situación.
«Rusia, junto a Irán, Corea del Norte y China, busca poner en tela de juicio las capacidades de Estados Unidos mediante campañas deliberadas con las que busca ganar ventaja ahora que la guerra en Ucrania permite aprender lecciones en caso de combate contra armamento occidental», ha continuado.
Todos estos países ponen en peligro los intereses de EE. UU. en el mundo al atacar o amenazar a otros países en otras regiones, con tácticas asimétricas y poderosas, que fomentan sistemas alternativos para competir con EE. UU., principalmente en comercio, finanzas y seguridad», recalca.
En este sentido, el documento hace hincapié en la puesta en marcha de «campañas para ganar ventaja en el terreno pero tratando de evitar una guerra directa».
«La creciente cooperación entre estos adversarios mejora su posición frente a EE. UU.», ha dicho, al tiempo que ha explicado que este «potencial de conflicto presiona a otros actores globales para que se posicionen de un lado u otro».