Las fuerzas policiales de Canadá señalaron en las últimas horas que al menos siete organizaciones narcotraficantes latinoamericanas operan en el país.
De Derecha Diario
La Policía Montada de Canadá reveló que al menos siete cárteles de droga originarios de México, El Salvador y Venezuela están operando dentro del país, utilizando el territorio canadiense como punto de transbordo para el tráfico internacional de estupefacientes.
A través de una entrevista, el alto oficial Mathieu Bertrand, responsable de la lucha contra el crimen organizado, explicó que estas organizaciones están activamente involucradas en delitos que afectan directamente a la seguridad nacional de Canadá.
Las organizaciones identificadas son: la Mara Salvatrucha (MS-13), el Cártel del Golfo, el Cártel de Sinaloa, la Familia Michoacana, Cárteles Unidos, el Tren de Aragua y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Estas bandas no solo han extendido su presencia operativa en Norteamérica, sino que han aprovechado la infraestructura canadiense para enviar drogas como metanfetaminas a mercados lucrativos en Oceanía, incluyendo países como Nueva Zelanda y Australia.
Según fuentes canadienses, mientras que un kilo de metanfetamina se cotiza a 500 dólares en Estados Unidos, en Nueva Zelanda su precio puede alcanzar los 300.000 dólares, lo que convierte a Canadá en un punto estratégico para la distribución global. En respuesta a esta amenaza, en los últimos dos años, la Policía Montada ha logrado desmantelar 11 laboratorios de metanfetamina dentro del país.
Ante el creciente impacto de estos grupos criminales, el Gobierno canadiense decidió en febrero designar a las siete organizaciones como grupos terroristas, una decisión que siguió la misma línea adoptada previamente por Estados Unidos.
El entonces ministro de Seguridad Pública de Canadá, David McGuinty, explicó que los cárteles internacionales tienen un papel central en la producción y distribución de fentanilo, una droga sintética responsable de miles de muertes por sobredosis en Canadá. McGuinty subrayó que esta designación permite a las fuerzas de seguridad utilizar todas las herramientas legales disponibles para combatirlas.
Este anuncio coincide con un endurecimiento de la política antidrogas del presidente estadounidenseDonald Trump, quien recientemente confirmó haber autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela.
Trump acusó a la dictadura de Nicolás Maduro de enviar narcotraficantes y reos a territorio estadounidense, y de utilizar el narcotráfico como arma política.
Además, Trump manifestó su intención de expandir las operaciones militares antidrogas más allá del ámbito marítimo, donde Estados Unidos ya ha realizado ataques con misiles a embarcaciones presuntamente ligadas al narcotráfico. »Lo hemos frenado casi por completo por mar. Ahora lo frenaremos por tierra», aseguró desde el Despacho Oval, señalando su disposición a llevar la campaña militar directamente al territorio venezolano.