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Leroy Garrett

La salvación de la República de Venezuela se ve negra

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Por Leroy Garret.

El panorama se torna negro para aquellos que deseamos la salvación de la república.

Pasmosamente, y en modo de bofetadas recibidas, vemos como la dictadura se erige impoluta, invencible, al ver sus otrora delincuentes, emergiendo heroicos de sus cárceles, libres cuando la opinión pública creía a pie juntillas que se pudrirían en sus cárceles. De este modo, el chavismo ha logrado todo, ¿Por qué?

A simple vista no es una victoria chavista única, la oposición colaboracionista también celebra su esfuerzo de haber pedido hasta el hartazgo el levantamiento de sanciones económicas y la libertad de los procesados. Hoy la determinante mayoría de los países democráticos del mundo ven el proceso político venezolano como un pestilente pantanal, un particular ecosistema donde contubernalmente coexisten y se dan mutuo placer tiranos y colaboradores, una democracia muy corrupta, muy bananera y criminal, pero importante.

Debemos destacar que a nosotros los venezolanos, aunado al shock de ver sanciones levantadas, la libertad de los sobrinos y ahora de Saab, no comprendemos y nos cuesta comprender la dinámica de las relaciones internacionales en términos objetivos y no en los términos que nosotros quisiéramos deberían ser.

La cultura del petróleo tiene mucho que ver con esa visión equivocada del mundo diplomático, nosotros nos convertimos por virtud de la renta petrolera en un país de subsidios con una economía rentista donde no se siguió otro modelo de intercambio económico internacional mas allá de colocar nuestros barriles, al contrario de haber seguido un intercambio comercial en otros rubros, al diversificar nuestro esquema de ingresos, hubiera permitido insertarnos en una dinámica económica global y, por ende, nos hubiera permitido comprender la realidad de los apetitos e intereses que pululan en el mundo. Empero, esto no ocurrió.

Eso no quiere decir que en los gobiernos democráticos representativos no había una política de seguridad y defensa, reclamos internacionales por controversias limítrofes o políticas de contención ante el posible avance de vecinos poderosos como Brasil, o tener una presencia de liderazgo en problemas regionales como el exitoso esfuerzo del Grupo de Contadora que fue artífice de la paz en la Centroamérica bajo insurgencia guerrillera de los 80s. La creación de la OPEP fue un momento de alta lucidez internacional incuestionable también.

Para el venezolano común, la dinámica internacional ha sido un tópico de poca comprensión. Por ejemplo, el segundo presidencial de Carmona se vino abajo por la condena de la OEA aplicando la carta democrática que debió ser aplicada a Chávez, el ineficiente nonato gobierno no solo no supo controlar el poder en lo interno sino que fue totalmente nulo en persuadir nuestra vecindad regional, ya comprada por los regalos en crudo del difunto.

Escandaloso fue el abismo donde echaron a los trabajadores petroleros, manejados por los alacranes de siempre, individualidades de gerencia media, secretarias y muchos apasionados sin experiencia política alguna, en posturas narcisistas por sus méritos profesionales, se creyeron protegidos por una comunidad internacional que no les conocía, fueron en total incomprensión ante organismos internacionales como la OIT, mamut vivo desde los tiempos de la liga de las naciones el cual solo sirve para recopilar estadísticas, ignorando que la instancia sin procedimientos alguno de apelación es Wall Street, lugar muy familiarizado y adicto a los despidos masivos.

Ahora bien, ¿Qué pasa con nuestros asociados petroleros internacionales? A ellos les encanta trabajar con Saddam Hussein o las monarquías absolutistas árabes, por lo que ¿A quien importaba los despidos de PDVSA? ¿Importa ahora a Chevron?

El caso es que en un mundo con armas nucleares en neoproliferacion, guerras en las zonas más sensibles y mecanismos de control como el sistema naciones unidas surgidos para detener conflictos, hoy, alarmantemente, cada día menos tomados en cuenta por los Estados miembros, las relaciones internacionales se basan en el peligroso postulado que la fuerza hace al derecho.

Con potencias nucleares con apetitos de expansión territorial (China-Taiwan / Rusia-Ucrania) el marco castrado de ponderación de las relaciones internacionales nos retrotraen a Múnich e inclusive a Sarajevo.

Y la tiranía bananera, suramericana, que de paso posee las mayores reservas petroleras del orbe, y que detenta el poder absoluto en Venezuela con el consentimiento de sus “opositores”, esas reservas de petróleo que en tiempos de guerra garantiza movilidad y victoria militar, en un mundo que a pesar de los ambientalistas, se mueve por petróleo, es más justificado mantenerlos contentos, la ética no importa cuando viene guerra, eso da un poder que hace reabrir sus cuentas bancarias, no detener sus envíos de sustancias y muy importante, soltarle a sus malandros presos.

¿Ahora cobra sentido todo?

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John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law
  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

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