Caracas. – La llegada del destructor USS Gravely de la Marina de los EE. UU. a Trinidad y Tobago, muy cerca de Venezuela, encendió las alarmas en la Narcotiranía al punto de obligar al chavismo, a denunciar un supuesto complot para provocar un enfrentamiento militar.
El USS Gravely llegó este domingo a la costa norte de Trinidad y Tobago, a tan solo 10 kilómetros de Venezuela. Según el gobierno caribeño, esto se produce a petición de EE. UU. y que la ruta del navío de guerra hacia las costas locales estaba planificada de antemano.
Cabe señalar que la presencia militar forma parte de un despliegue ampliado de EE. UU. en el Caribe, iniciado en agosto, que incluye operaciones aéreas contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico.
Además, Washington ha anunciado el envío próximo del portaaviones Gerald R. Ford, el más grande del mundo, lo que representa un incremento significativo de su poder naval en la región.
Durante su estadía, se espera que los marines estadounidenses de la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines realicen un entrenamiento conjunto con la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago, centrándose en tácticas de infantería, mantenimiento y ejercicios médicos avanzados, según un comunicado.
Esto generó fuertes alarmas en el narcochavismo, que se vieron reflejadas en los anuncios realizados por Delcy Rodríguez el mismo domingo, quien habló de un presunto plan ideado entre EE. UU. y Trinidad y Tobago, para provocar un aparente ataque de «bandera falsa», que terminaría propiciando un escenario bélico en el Caribe venezolano.
La situación ha sido tal, que Rodríguez declaró que supuestamente fuerzas chavistas habrían capturado a un grupo de presuntos mercenarios vinculados con la Agencia Central de Inteligencia de EE. UU. (CIA), quienes aparentemente develaron el plan.
Rodríguez no mostró evidencias de ningún tipo sobre esta posible operación, sin ofrecer mayores detalles de los aparentes mercenarios apresados. La jerarca chavista afirmó que los arrestos habrían revelado, lo que describió como una “operación de falsa bandera” planeada desde aguas fronterizas con Trinidad y Tobago, o desde territorio trinitense o venezolano, “para generar una confrontación militar a gran escala” contra Venezuela.
Cabe señalar que esta acusación, sin pruebas fehacientes del narcorégimen, se dan en momentos de gran tensión, cuando EE. UU. ha prometido tomar medidas extremas para acabar con el narcotráfico.
