Por Javier Cardozo
Cuando se piensa en la situación política venezolana , se viene a la mente la primacía casi absoluta del PSUV, partido que ha gobernado al país desde su fundación en 2008. Este partido ha ganado la vasta mayoría de elecciones tanto a nivel nacional, como estatal y municipal. Se puede argumentar que es porque el sistema electoral venezolano está viciado, el gobierno controla la Comisión Nacional Electoral (CNE) y otras instituciones que podrían ayudar a mantener la transparencia y el control de los procesos electorales como el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y esto, debe decirse, es cierto. El panorama político en Venezuela es muy intricando y difícil pero esto no es solo por este control del gobierno sobre las instituciones del Estado sino los errores de los partidos de oposición.
La imagen de la oposición venezolana esta tan golpeada, que no es arriesgado decir que gran parte de la población no confía en ellos, tal como lo han demostrado múltiples encuestas, e inclusive que varios sectores de la población consideran que los partidos de oposición son cómplices del gobierno venezolano, y por ello no han realizado las acciones necesarias conducentes a un cambio de régimen. Esto solo en referencia a los partidos en sí, ya que la imagen de sus liderazgos es todavía peor.
Un punto importante a analizar, es que es difícil plantear un cambio de régimen cuando la gran mayoría de partidos opositores en Venezuela son de ideología socialdemócrata o sus derivados. Venezuela tiene 3 partidos en la internacional socialista: Acción Democrática, un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, otros partidos como Primero de Justicia se plantean como de “centro derecha” siendo pertenecientes a la Internacional Demócrata de Centro, pero realmente y esto se ha traducido en la práctica no es un partido que tenga posiciones ideológicas muy distintas con alguno de los anteriormente mencionados. Debe traerse a colación el caso de Vente Venezuela, que si tiene ideológicamente posiciones muy alejadas de la socialdemocracia, pero este a día de hoy es oficialmente un movimiento político no un partido y mantiene una línea abstencionista en relación a la participación en procesos electorales, por considerar que no existen condiciones que aseguren procesos reales y no elecciones manipuladas con un claro ganador previo que en este caso es el PSUV.
La situación de los partidos políticos venezolanos no se acaba aquí, ya que muchos de estos (como los ya nombrados) y otros como COPEI tienen múltiples divisiones, algunas causadas por la intervención del Estado como cuando a través del TSJ se ha suspendido a sus juntas directivas y en otros casos por divisiones internas. Se ha vuelto tan complicado el panorama político venezolano que para el ciudadano de a pie es difícil saber cuál de las versiones de un partido debe apoyar, no sabe si los líderes de un partido son realmente sus líderes o han sido puestos por el gobierno, por algo ha surgido en el argot popular el término de “alacrán” que serían precisamente estos líderes “opositores” vinculados con el gobierno.
Hay un escenario parecido con los nuevos movimientos políticos que han surgido como Fuerza Vecinal de los cuales se sabe poco cuál es su ideología y su accionar. Todo esto plantea una necesidad imperante del establecimiento de nuevos partidos y movimientos políticos, que realmente planteen un rostro diferente al status quo político venezolano, poco sirve querer cambiar el socialismo del siglo XXI por la socialdemocracia o el progresismo, más cuando varios líderes de los partidos y movimientos existentes no son personas con un historial limpio. Los nuevos partidos y movimientos políticos deben plantear una posición ideológica clara y contraria al socialismo que tanto ha imperado en Venezuela, habrán variantes algunos más cercanos al liberalismo otros más al conservadurismo pero debe haber un rechazo al colectivismo y la intervención estatal.
Los nuevos liderazgos políticos deben tener la fuerza suficiente para tomar acciones decisivas, no que a último momento cuando solo falte un paso den media vuelta y retrocedan. Deben estar listos para dar respuesta a problemas álgidos como la presencia de la guerrilla en diversas zonas del país, la gigantesca corrupción presente en los 5 poderes públicos nacionales , en las fuerzas armadas y otras instituciones , debe haber una respuesta a la infiltración de agentes cubanos en las instituciones públicas , también acerca del manejo de las empresas estatales , ¿se mantendrá PDVSA siendo una empresa pública o por fin se dará paso a su privatización ?, ¿se tendrá una real economía de libre mercado o se sacrificara esta por el “interés social”? .
Si las cosas siguen como están es muy probable que el PSUV siga dominando Venezuela, quien sabe por cuánto tiempo, y en el mejor de los casos que se logre una transición democrática Venezuela no avanzara tanto como algunos queremos, se quedara con muchos lastres de las ideológicas colectivistas como el gran gasto público y una fuerte intervención estatal, no se debe apuntar al regreso de la cuarta república sino a superarla.