Los líderes de los grupos parlamentarios en el Senado de Argentina han acordado dar marcha atrás al polémico aumento del 6,5% de su salario y han solicitado ahora a la vicepresidente del país, Victoria Villarruel, la celebración de una sesión especial para suspender esta subida tras las críticas recibidas, especialmente por parte del presidente Javier Milei.
Cabe recordar que el Senado argentino había aprobado en la víspera un aumento de sus dietas, elevando sus ingresos a más de USD$ 9500 al mes, en medio de la crisis económica que sufre el país y los ajustes que lleva a cabo el gobierno de Milei.
Ante ello, Milei salió al paso para acusarles de «traición al pueblo», mientras que Villarruel, como presidente de la Cámara Alta, se desmarcó de la medida.
Según informaciones del diario ‘Clarín’, habría sido el líder del grupo parlamentario de la opositora Unión por la Patria, José Mayans, quien ha dado el primer paso de contactar con el resto de formaciones políticas para rechazar la mejora salarial.
En este sentido, está previsto que el miércoles se reúnan los bloques para aunar posturas con el objetivo de evitar divisiones entre «buenos y malos».
Villarruel ha anunciado en redes sociales la convocatoria de una sesión especial el jueves para debatir expresamente sobre el aumento, «de frente y en forma pública». De esta forma, espera que puedan acabarse las «sobreactuaciones» que, a su juicio, «parasitan» la política argentina y «angustian» a la ciudadanía.
Este polémico aumento salarial había despertado las críticas de un Milei que, como viene siendo habitual, se manifestó en sus redes sociales para expresar su «máximo repudio» a una decisión que catalogó como «vergonzosa».
«¿Quién cobra nueve palos por mes? Nadie», aseguró el mandatario en una publicación en su perfil oficial en X, antes conocido como Twitter.
Asimismo, el mandatario aseguró que los miembros del Poder Ejecutivo —ministros, secretarios e incluso él mismo— habían visto congelados sus sueldos «porque esta Administración entiende que el esfuerzo lo tiene que hacer la política, no la gente trabajadora que paga los impuestos».