El presidente de Argentina, Javier Milei, cumple este martes un año al frente del país sudamericano, uno de los grandes países de la región, pero sumido en una profunda crisis económica sobre la que el «liberal libertario» supo cimentar su candidatura y sumar adeptos entre una población desencantada con la vieja política kirchnerista.
Ahora, cuando se cumple un año de su entrada en la Casa Rosada, Milei puede presumir de haber logrado una disminución histórica de la inflación de precios. A excepción de los meses de invierno argentino, las políticas de Milei han servido para que la inflación haya caído muy notablemente en el último año, dejando atrás los porcentajes de hasta dos dígitos que se registraban a comienzos de año.
Con esto, Milei ve cumplida una de sus principales promesas de campaña: la de acabar con la recesión económica provocada por las políticas de su predecesor, Alberto Fernández, y el resto de presidentes argentinos, especialmente aquellos de ideologías de izquierda.
Otra de las patas sobre las que se cimentó la campaña de Milei fue la de la reducción del gasto público, la conocida como ‘política de motosierra’, en alusión a esta herramienta que el propio presidente llegó a blandir en sus actos de campaña como un símbolo del fin del derroche y como advertencia de «un ajuste fiscal sin precedentes en la historia de la humanidad».
Así pues, poco después de tomar posesión del cargo, el presidente argentino redujo los ministerios y secretarías de Gobierno, el funcionariado, los subsidios a energía y transporte, la financiación provincial, suspendió las obras públicas por un plazo de un año y la publicidad estatal en medios de comunicación. Estas remaron en favor de reducir la inflación a costa de la producción industrial o el aumento del paro, entre otras.
Sin embargo, desde el Gobierno de Milei han defendido en todo momento esta maniobra e incluso han subrayado que ya conocían las repercusiones que tendrían. El ministro de Economía, Luis Caputo, vaticinó un desplome de la economía para, una vez haya tocado fondo, hacer un «fuerte rebote».
Para Milei, la clave del saneamiento de las cuentas parte de la base de abandonar el peso como moneda y dolarizar la economía, equiparando el mercado al estadounidense. Si bien, aun trabaja en ello para poder dolarizar.