Caracas. – Un grupo de militares apresados por el régimen por razones políticas, quienes se encuentran en el Centro de Procesados Militares (Cepropemil), ubicado en el Fuerte Guaicaipuro en Charallave (Miranda), iniciaron este pasado martes una huelga de hambre.
Por un lado, la protesta se debe a que reclaman atención médica urgente, pero, por otra parte, advirtieron que sus vidas corren peligro, por las amenazas que el resto de los recluidos en ese centro les han hecho, acerca de generar un motín para secuestrarlos.
Los familiares de estos detenidos contaron a los medios los peligros que enfrentan los efectivos castrenses tras las rejas. Lisnel Hernández, esposa del sargento mayor de tercera, Geomer Narciso Martínez Natera, informó que el 19 de octubre uno de los compañeros de habitación de su esposo se cayó de una litera y no recibió atención médica, sino que apenas le dieron una pastilla.
Los detenidos realizaron una protesta por la apatía de las autoridades y, en medio de la queja, “los custodios los amenazaron con darles una sorpresita”, reveló la denunciante.
Hernández destacó que teme por la integridad física de su esposo y sus compañeros. “Hago responsable al general Luis Marcel Ojeda Araujo, al director coronel José Manuel Bello Pérez, y al mayor del régimen, Adán André Abad Zambrano, de lo que les pueda suceder”, dijo la mujer en un video que publicó en sus redes sociales.
Mientras, la esposa del militar Luis Bandres, Sandra Hernández, denunció que “los civiles que están en dicho recinto, que son de alta peligrosidad, han amenazado con secuestrar a nuestros familiares para conseguir beneficios, ya que, en el motín anterior, ocurrido el 17 de septiembre, les ofrecieron una serie de cosas que no han cumplido”.
Cabe señalar que estos efectivos están acusados de sublevarse el 21 de enero de 2019 contra el narcorégimen, y de intentar tomar por la fuerza el comando de la Guardia Nacional (GN) de Cotiza, Caracas, para desconocer al tirano de Nicolás Maduro.