Caracas. – El narcorégimen chavista ordenó esta semana activar a los colectivos armados, y grupos de motorizados afectos a la tiranía, a llevar a cabo la persecución y detención de quienes estén estampando en las paredes del país la frase «está pasando».
La orden fue girada a través del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), dirigido por el mayor general chavista Domingo Hernández Lárez, quien mandó la activación de colectivos y motorizados para identificar y perseguir a estos ciudadanos, a quienes calificaron como “contrarrevolucionarios”.
En un memorándum confidencial filtrado en redes sociales, se instruye a la FANB, la Milicia Bolivariana, el SEBIN y la DGCIM a movilizar “exploradores especiales, patriotas cooperantes, comunas y frentes populares” con fines de inteligencia y contrainteligencia para “neutralizar actividades desestabilizadoras”.
La instrucción es activar a todas estas fuerzas para detectar y neutralizar pintas callejeras —en particular los grafitis con la frase “está pasando”—, además de cualquier otra acción que, según el comunicado, pueda considerarse parte de un plan para desestabilizar al país.
La frase viene siendo estampada en paredes y muros de todos los estados, revelando a la población que la posibilidad de que el narcorégimen chavista caiga, de una vez por todas, es cierta y es posible.
El lema ha generado preocupación en la cúpula política y militar de la Narcotiranía, al punto que han ordenado incrementar los patrullajes preventivos, tanto de día como de noche, con supervisión, vigilancia y revistas itinerantes en cuadrantes de paz y áreas de responsabilidad, para intentar descubrir a los grafiteros que lo pintan.
La directriz busca impedir que se sigan viendo en las calles grafitis con la frase “está pasando”, dándole al asunto extrema importancia, pues, entre los aparentes temores del chavismo está que este tipo de mensajes aliente una sublevación popular, con más del 90% de la población en contra de Maduro y sus secuaces, escenario que aceleraría definitivamente la implosión de la organización narcoterrorista que controla al país.