Skip to content
Smart#Werable
Smart#Werable
Imagen ilustrativa que alude a la música (MIH83 / Pixabay)

Nessun Dorma Venezuela

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp

Por Luis Palacios R., músico venezolano.

«En Venezuela se crean más cátedras de canto que oportunidades de trabajo para los cantantes líricos. Tal parece que se forman solo para dar clases y así continúa un ciclo ineludible. Es muy triste», César León.

Venezuela es un país tan bendecido por sus recursos naturales como por el talento de su gente, plena de aptitudes en todas las áreas, pero muy especialmente en y para el canto. En cualquier estado o provincia pueden encontrarse voces tan extraordinarias como hermosas, muchas como inmensas rocas de mármol que esperan a un Michelangelo que les esculpa y presente al mundo como fantásticas obras de arte.

Algunas de ellas conocen el estrellato sin Michelangelo y un gran número está disperso por el mundo, envuelto en aplausos y premios; músicos de toda índole e intérpretes de cualquier género. En nuestro país, puede hallarse infinito talento en pueblos, colegios, concursos institucionales, escuelas y conservatorios de música, ¡en los coros! …incluso en barriadas populares donde pueden vislumbrarse voces que podrían ser dignas del Teatro Alla Scala de Milán. Venezuela es un territorio que socio y antropológicamente está hecho para producir voces magníficas, por así decirlo. Su mestizaje ha bendecido al movimiento artístico en todas sus manifestaciones y el canto quizá sea el área que mejor se beneficie de este fenómeno.

En el ámbito popular hubo épocas de gran esplendor para el talento nacional, muy especialmente en el mundo de la lírica, momentos de gran gloria desde el punto de vista de producción y gestión artística, con compañías de ópera que rivalizaban con aclamadas casas líricas del mundo, no solo por sus cantantes sino por sus directores, orquestas y equipo artístico, aunque en muchas ocasiones se les dio prioridad a cantantes del exterior y no a los nacionales. Aun así, existían oportunidades de trabajo para muchos, aunque no las suficientes.

Sin embargo, cuando se habla del presente lírico, la realidad socio-política y cultural se hace sentir con una fuerza desoladora en predios del bel canto. Tal parece que los peores defectos de nuestra idiosincrasia se hicieran palpables en torno a este movimiento nacional —y no solo caraqueño como afirman algunos—. Es una realidad añeja a la que haremos referencia en estas líneas, quizá con la esperanza de causar el revuelo necesario para un cambio justo, probo y necesario.

La lírica venezolana hoy no solo se limita al territorio nacional, evidenciándose sus mayores triunfos casi siempre fuera de nuestras fronteras, con personalidades como el tenor Aquiles Machado, al frente de una importante compañía en España; Génesis Moreno, soprano de primer lugar en destacados concursos internacionales de canto, y tantos grandes músicos entre los que mencionaremos por ejemplo a los nominados al Grammy: Gustavo Castillo y Fernando Escalona; el aplaudido y solicitado contratenor Samuel Mariño; el barítono Pedro Carrillo y el tenor Jorge Puerta, quienes también desarrollan hermosas carreras en teatros importantes de Europa y América; la soprano María Brea con producciones exitosísimas en los Estados Unidos de América, entre muchos no menos importantes motivos de orgullo y júbilo hispanoamericano.

Por supuesto, sería injusto no mencionar los maravillosos aportes de nuestros cantantes líricos en territorio nacional, con recitales públicos y privados de música de cámara poco escuchada, ópera y la obra de compositores casi nunca interpretados, tanto en la gran capital, como en Aragua, Carabobo, Táchira, Anzoátegui, Yaracuy y otros rincones del país.

Lamentablemente estos últimos no siempre cuentan con el apoyo de los medios de comunicación aun existentes en el país, aunque las redes sociales han pasado a ser el medio comunicacional por excelencia en Venezuela y todos ellos lo saben. Esta variable con justicia ha hecho públicos los esfuerzos de muchos que no cuentan con el apoyo y maquinaria de los medios de comunicación nacionales, por lo general parcializados y sirvientes del sedicente Ejecutivo Nacional.

Así también se hace importante mencionar la labor de compositores como Gregory Pino y Ángel Hernández, quienes lograron el estreno de sus óperas en el país, únicos estrenos operísticos post-pandemia.

Es así que este artículo obedece y es causado por comentarios hechos en protesta por cantantes venezolanos domiciliados en Caracas, Aragua y España, quienes expresaron su desasosiego ante el caos que reina en “el país de las orquestas”, la misma nación de Gustavo Dudamel y Oscar de León.

La formación de cantantes líricos

En Venezuela existen actualmente alrededor de 31 cátedras de canto lírico a lo largo y ancho del país. 23 de ellas pertenecen a instituciones públicas y el resto corresponde con la cantidad de maestros que ofrecen clases de forma privada. Algunas escuelas o conservatorios públicos cuentan con dos o tres cátedras y solo en Caracas hay aproximadamente 18.

De esas treinta, solo tres o cuatro cuentan o han contado con recursos básicos necesarios para la cabal formación de sus integrantes, bien porque pertenecen a El Sistema, organización notoriamente consentida del sedicente gobierno de turno, o bien porque cuentan con el apoyo de organizaciones todavía con recursos y “vínculos de poder” en Venezuela, como el Teatro Teresa Carreño, espacio enteramente al servicio del matrimonio Maduro-Flores y su séquito.

Se pudiera pensar que el que Caracas tenga 18 cátedras de canto lírico activas, entre públicas y privadas, obedece a la demanda del caraqueño por el género y la música lírica, pero nada está lamentablemente más lejos de la realidad. La necesidad de fundación de dichas cátedras no obedece en su totalidad o gran porcentaje a la necesidad de sus estudiantes y mucho menos del público, sino de los mismos cantantes desempleados que pasan a ser docentes y esto motiva estas líneas.

Una cátedra de canto en Venezuela puede albergar entre tres y diez alumnos aproximadamente. Algunas con menos alumnos que otras cuentan con toda una plantilla de voces que no siempre culminan sus estudios. Las causas pueden ser diversas, pero casi siempre giran en torno a la reconocida crisis que se atraviesa y sobrevive. Los egresados de éstas son muy pocos, aunque siempre ha sido así. Formarse como cantante en cualquier parte del mundo, pero principalmente en Venezuela, es una osadía digna de una serie de netflix o HBO. Se requieren una paciencia y constancia casi imposibles de sostener, aunque este sería un tema de análisis para otro artículo.

Pese a este escenario país, la cantidad de cantantes en busca de trabajo es colosal y por ello cabe preguntarse lo siguiente: ¿Cuántas compañías de ópera se necesitarían para ofrecer trabajo a tantos cantantes? ¿Existe el presupuesto o la demanda que sostenga tal plantilla en una sola compañía? ¿Qué ideales o parámetros deberían plantearse para la escogencia de dichos cantantes?

La verdad es que muchos de ellos solo encuentran una fuente de trabajo en la docencia, si no cuentan con otros conocimientos, configurándose un ciclo inútil entre el estudiante, “el profesional” y el docente, sin dejar de lado la falta de recursos y el nulo apoyo que existe en este país triste y desgraciadamente socialista.

Una visión de miseria

“Parece que siempre fue así. Como que, si querías dedicarte profesionalmente al canto, entrabas indefectiblemente a un sistema en el que no necesitabas trabajo sino un cierto tipo de «asistencia».
Cuando comencé a frecuentar los ambientes líricos me llamaba la atención escuchar saludos como este: «te escuché el día tal, fulanito; te felicito, estás ¡muy mejorado!» Me daba la impresión de estar en una especie de hospital donde todos los cantantes, o aspirantes a serlo, estaban de algún modo enfermos.

Y lo de las clases, los «cursos de formación», talleres, y otros, eran lo natural, lo indicado, lo que se hacía siempre. Y no es, ni remotamente, que no sean beneficiosos (si son de alta calidad) las experiencias formativas; lo son, y mucho. Entre las muchas que yo personalmente cursé, hubo algunas especialmente determinantes de muchas cosas buenas.

El problema de fondo, según lo veía y lo sigo viendo ahora, era la creencia en que no teníamos «nivel», que no éramos suficientemente «buenos»; por eso una persona o grupo decidía que nos tenían que «mejorar». La Compañía «Alfredo Sadel» en sus inicios hizo una producción de ópera y después al menos por un tiempo quedó solamente como un centro de clases”, comentó al respecto una connotada cantante y maestra de canto con más de 40 años de experiencia.

En Venezuela existe una visión errada y compartida por casi todo el ámbito académico-musical, de que todo cantante es siempre un estudiante hasta que se convierte en figura de poder y así se le considera, tenga la edad y el currículo que tenga. Muchos de estos pasan por supuesto a la docencia sin lograr el cabal y justo ejercicio de su profesión. Inclusive como docentes no son reconocidos y si vilipendiados por sus colegas porque “nunca está(n) listo(s)”, hasta tanto no halle para sí un puesto con “poder” que le otorgue ipso facto el reconocimiento del gremio.

Es así que no hay apoyo alguno, ni recursos ni dinero y mucho menos una correcta visión de las cosas. Cantar no es suficiente en Venezuela para demostrar de qué está hecho un profesional y en los próximos diez años seguramente no lo será.

En la misma república que ostenta el reconocido record mundial a la mayor orquesta que alguna vez ha visto el ser humano, casi nunca se cuenta con una de ellas o instrumentos para la formación y desempeño profesional de jóvenes cantantes. Pudiera creerse que solo apoyan a profesionales del canto o glorias musicales actuales, pero tampoco es el caso, no hay recursos ni la voluntad para ello. Hoy día cuando Venezuela es visitada por uno de sus mejores cantantes, no hay orquesta que pueda hacerle invitación alguna, mucho menos una compañía que pueda o quiera hacerlo, aun si es ad honorem.

Entre las lamentablemente pocas excepciones que hemos visto, con justicia debemos mencionar a la Orquesta Sinfónica de Venezuela, histórica agrupación que después de varios lustros, se comprometió a la presentación de conciertos con los ganadores del único concurso de canto existente en el país, efectuado hasta la fecha uno solo de ellos y con mora, después de casi un año de la última edición de la competencia.

Esta realidad va ligada con calderón a peores circunstancias. Algunas instituciones públicas ni siquiera cuentan con sedes dignas proporcionadas por el Estado, mucho menos con garantías para el pago justo de sus docentes y músicos involucrados en el proceso educativo que se requiere. Cada día hay menos orquestas con instrumentos en buen estado y muchos salarios paupérrimos, menos iniciativas y menos proyectos. Los sueldos no cubren gastos básicos y, por supuesto, tal ataque a los educadores está entre las peores afrentas en contra del futuro de cualquier país. Sobran los impuestos y los recursos, pero nunca llegan a las cuentas bancarias que corresponden y no solo los merecen.

Algunos maestros se ven incluso obligados a la realización de arreglos para guitarra y voz, de lieder y distintas obras pensadas para ser interpretadas con piano, orquesta, ensamble de cuerdas, entre otros formatos, todo con el propósito de facilitar el montaje de repertorio para sus alumnos, lo cual es parte importante en su cabal formación. Aunque jamás se le reconozca en ninguna forma, el venezolano no deja de impresionar en su resiliente intento por hacer de su presente un instante mejor vivido.

Bien podrían nuestros músicos disfrutar de la producción de eventos en espacios que “son de los venezolanos” por ser instituciones públicas, con organizaciones que garanticen con ello mejores salarios y oportunidades de trabajo para los nacientes cantantes líricos, entre otros artistas involucrados, y desarrollar así un movimiento artístico ejemplar y digno de admiración… pero el sedicente gobierno casi nunca permite estas ideas de “autogestión” y tales espacios ya tienen asignados sus propios ídolos.

En muchos casos, quienes dirigen estas instituciones educativas cuentan con ideales políticos a la medida de la sedicente autoridad, pero no con los necesarios e idóneos para el desarrollo artístico de sus miembros, a veces ni siquiera con el perfil académico requerido. Es como si todo lo importante pasara a un último plano y todos sabemos por qué.

Un reconocido tenor venezolano, triunfador en grandes teatros del mundo, diría en una publicación hecha por los amigos de ÓperaVzla que: “no se puede aprender a cantar en un aula de clases, pero sí sobre un escenario”. El estudiante no ha sido formado para ser maestro de canto sino precisamente para cantar. Son pocos los espacios que hoy están abiertos en Venezuela a esta clase de eventos y muchas las “manos inocentes” que con “cuotas de poder” tampoco lo permiten.

Ya se pueden leer posibles críticas a este artículo: “En un país sin libertad, electricidad, gas o agua potable ¿qué importancia tiene una orquesta o una cátedra de canto lírico con o sin recursos?” y a éstos también valiosos lectores contestamos anticipadamente: “PARA GRANDES PAÍSES, GRANDES SUEÑOS”.

Oportunidades de trabajo

Con solo dos compañías de ópera en el país y un apenas sobreviviente concurso de canto lírico, son contadas las oportunidades que realmente existen para quienes deseen encontrar en la lírica una fuente de trabajo, pues no se trata ya solamente de escoger el canto como profesión, sino de hallar o construir Por mérito una fuente de trabajo que no existe.

La principal oportunidad que todavía se mantiene, envuelta en miseria por el bajo salario al que se puede aspirar, halla su lugar en los conservatorios y escuelas de canto. Lo que para muchos sería un escenario solo tomado en cuenta por estrellas en el ocaso de sus carreras, es para cantantes venezolanos la única forma de mantenerse en pie y cercanos a la profesión que escogieron. Convertirse en docente es una opción obligada para quienes no consideraron nunca otra profesión u oficio.

Ahora bien, la experiencia que debería tener un docente en el área de canto lírico no corresponde en muchos casos con quien, hasta casi nada, era un estudiante. De allí el declive en la formación de nuevas generaciones de artistas líricos dentro del país. El conocimiento en materia de técnica vocal no basta y así lo afirmaban grandes cantantes como María Callas, Luciano Pavarotti, Mirella Freni, entre otros.

La realidad de las compañías de ópera que pretenden existir en medio del caos socio-político del país es caótica, con sueldos que no alcanzan el valor de una consulta médica, sin esperanzas siquiera de la contratación de una póliza de seguro que pueda garantizar cierta seguridad a sus miembros y mucho menos producciones que generen fuentes de trabajo para todos y no solo para un puñado de cantantes, algunos sin estudios musicales básicos.

Una de estas organizaciones ni siquiera ha podido llevar a cabo una producción operística en los últimos 5 años, siendo su directiva parte de los mismos rostros que cantan una y otra vez en el teatro artístico favorito de Cilia Flóres y Delcy Rodríguez. En un país donde el lavado de dinero se ha hecho el pan de cada día, no hay recursos lícitos para el arte y mucho menos enmarcados en valores como la justicia y la probidad.

Cada día hay menos espacios para la ópera y el canto, no hay pianos y tampoco orquestas, el repertorio siempre es el mismo y los solistas, también. La gran mayoría de oportunidades que surgen no generan honorarios sino para unos pocos, a veces para nadie y surge entonces un nuevo refrán que da vueltas en nuestros cerebros: “Los aplausos no llenan estómagos y mucho menos tripas”.

La lírica está en decadencia en el mundo por la terrible visión de quienes lideran espacios de importancia en instituciones, asociaciones, teatros y sociedades de todo tipo.

Está a la vista y oídos de todos que un grupo de músicos se han hecho de algunos teatros y espacios públicos para cerrar sus puertas a todo aquel que no pertenezca a sus procesiones, aunque reúna el mérito para ello. No es una buena nueva, pero si una cada día más patética.

Una cantante venezolana con domicilio en España dijere sobre esto: “Toda la vida lo mismo. Se enamoran de un cantante por cuerda y esos para toda la vida, los demás a volar y sin oportunidades de nada”.

El referido tenor de hace algunos párrafos expondría: “¡En mi Amado País… te enseñan a que jamás estás, ni estarás listo! …no les dan impulso a los chicos para salir y seguir afuera su formación, lo hacen por egoístas y porque tienen una idea nefasta de que, si sus alumnos se van, pues a seguir creciendo ellos, se quedan sin alumnos…”.

Donde no hay producciones con visiones serias, no puede haber audiciones imparciales, no reina la oportunidad ni el crecimiento profesional. Muchos cantantes han tenido que conformarse con cantar en matrimonios y otros oficios, inclusive en funerarias, con tal de percibir un salario mejor al que les es garantizado en estas compañías o en las aulas de clases cada vez más abandonadas. Así también muchos se dedican a la dirección de coros y otras posibilidades músico-educativas, aunque ninguna bien remunerada.

Es por ello que esta denuncia se constituye en protesta a la realidad venezolana, sin dejar de lado o hacernos ciegos a la crisis que, con características en constante cambio nunca positivo, agobia y tortura a todos los venezolanos de bien. Sirvan estas palabras a los efectos morales y humanos respectivos”.

¿Te gustó este artículo? 
¡Compartelo!
Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp

John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law
  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares
Lee estos artículos 
¡Recomendados!
Otros temas 
Importantes

Suscríbete a

Contra Poder 3.0

Recibe todas las noticias, artículos, información sobre política, enchufados y más, suscribiéndote con tu email.