Japón y los Países Bajos restringirán las exportaciones de herramientas de fabricación de chips a China tras alcanzar un acuerdo con Estados Unidos destinado a dificultar el desarrollo de armamento avanzado por parte del ejército chino.
Varias personas familiarizadas con el acuerdo trilateral dijeron que los países llegaron a un acuerdo el viernes después de una ronda final de conversaciones de alto nivel en la Casa Blanca.
El acuerdo llega tres meses después de que Washington impusiera controles unilaterales a las exportaciones que prohibían a las empresas estadounidenses vender equipos avanzados de fabricación de chips a grupos chinos.
La Casa Blanca declinó hacer comentarios. Pero el acuerdo marca un hito importante en los esfuerzos de EE. UU. por trabajar con sus aliados para obstaculizar los esfuerzos chinos por desarrollar su industria de semiconductores.
El gobierno de Joe Biden lleva dos años negociando con estos países, pero se enfrentaron a resistencias porque les preocupaba el efecto sobre sus empresas de herramientas para la fabricación de chips, en particular ASML en Holanda y Tokyo Electron y Nikon en Japón.
En octubre, Estados Unidos anunció un amplio control unilateral de las exportaciones destinado a complicar los esfuerzos chinos por obtener o desarrollar semiconductores avanzados para su uso en superordenadores y otras aplicaciones militares, como la inteligencia artificial, la modelización de armas nucleares y las armas hipersónicas.
A los grupos estadounidenses de herramientas de fabricación de chips que dominan el sector —Applied Materials, Lam Research y KLA— les preocupaba que la medida de octubre les impusiera restricciones a ellos, pero no a ASML y Tokyo Electron.
En aquel momento, Alan Estevez, máximo responsable del Departamento de Comercio para el control de las exportaciones, justificó la medida afirmando que demostraría a sus aliados que Estados Unidos se jugaba el tipo y estaba dispuesto a tomar decisiones difíciles.
Varias personas dijeron que los tres países habían decidido no hacer públicos los detalles debido al carácter delicado de las conversaciones. Washington quería dar a Japón y Holanda espacio para decidir cómo comunicar las restricciones.
Sin embargo, aún no está claro qué mecanismos utilizarán los países para imponer las restricciones a sus empresas de herramientas de viruta; a Tokio y La Haya también les preocupa que se considere que han suscrito una política estadounidense dirigida específicamente a China.
El aumento de la presión sobre los aliados en los últimos meses se produjo después de que el asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, señalara en septiembre un cambio significativo en su política.
En un discurso, afirmó que Estados Unidos debía abandonar su enfoque de «escala móvil», consistente en tratar de ir dos generaciones por delante, y en su lugar «mantener una ventaja lo más amplia posible».