De Israel Noticias
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, será el primer líder de la OTAN en visitar Rusia desde que ésta invadió Ucrania, cuando visite al presidente Vladimir Putin el viernes.
Tanto Rusia como Turquía están muy implicadas en Siria, ya que Moscú apoya al régimen de Assad y Ankara a los rebeldes árabes suníes. Y Erdogan ha hablado recientemente de lanzar otra incursión en Siria, en zonas con presencia militar rusa.
“Lo que está claro es que el hecho de que sea Erdogan quien vaya a Sochi significa que es Turquía la que quiere algo de Rusia”, dijo Daria Isachenko, experta en Turquía y Rusia en el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, con sede en Berlín.
Erdogan pedirá permiso para llevar a cabo una ofensiva en Siria y discutirá los posibles detalles, como la zona y cuán grande será, dijo Isachenko a The Media Line.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que los dos líderes hablarían sobre la cooperación en materia de defensa, informó el miércoles la agencia estatal de noticias rusa TASS.
El ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlüt Çavuşoğlu, dijo en una entrevista televisiva a finales de julio que su país no pide permiso para realizar operaciones militares.
Erdogan ha hablado en los últimos meses de lanzar una incursión, especificando posteriormente que su país atacaría a los militantes kurdos aliados de Estados Unidos en Tel Rifaat y Manbij, en el noroeste de Siria, cerca de la frontera turca.
Ankara afirma que las fuerzas kurdas en Siria cooperan con el grupo militante Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lleva décadas de insurgencia en Turquía.
Turquía, Estados Unidos y la UE consideran al PKK una organización terrorista.
El obstáculo iraní
Un obstáculo para que el Kremlin acepte una incursión turca sería Irán, que ha ocupado parte del espacio dejado por la menor presencia de Rusia en Siria desde su invasión de Ucrania y ha expresado su oposición a los planes de Ankara.
Isachenko dijo que tanto Irán como Turquía son importantes para Rusia, que tendrá que acomodar a ambos.
Desde la invasión de Ucrania, Turquía ha intentado equilibrar su deseo de mantener los lazos con Rusia con su condena de la agresión del Kremlin.
Turquía ha ejercido su autoridad en virtud de la Convención de Montreux, limitando el acceso de los barcos rusos al Mar Negro, situado al sur de Ucrania.
Timothy Ash, economista centrado en Turquía y Ucrania, dijo que Erdogan querría obtener compromisos de Rusia para seguir proporcionando energía barata y permitir la exportación de productos agrícolas del país y de Ucrania.
Esto es “clave para que Turquía reduzca su déficit por cuenta corriente y modere la presión sobre [la] lira”, escribió Ash en un mensaje a The Media Line.
El miércoles se abrió un centro de coordinación en Estambul para supervisar la exportación de los cargamentos de alimentos atrapados en los puertos ucranianos desde la invasión rusa, tras el acuerdo firmado por los tres países y la ONU el 22 de julio.
El grano atrapado provocó un aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo, aunque la inflación disparada era algo a lo que Turquía se enfrentaba desde muchos meses antes de febrero.
El año pasado, la lira turca perdió un 44% de su valor frente al dólar. La moneda ha perdido otro 25% en lo que va de 2022.
Ash dijo que, a cambio de esos compromisos de Rusia, Putin querría asegurarse de que Turquía no le imponga sanciones y esperaría que Ankara recortara el apoyo prestado a Ucrania. Erdogan lleva años acercándose a Putin, incluyendo la compra a Rusia del sistema móvil de defensa contra misiles tierra-aire S-400.
Sin embargo, Turquía y Rusia no han sido históricamente aliados y los analistas advierten que es probable que Erdogan siga viendo a Moscú como una amenaza.
Con los dos países apoyando a bandos opuestos en Siria, Moscú podría suponer grandes riesgos para el ejército y el territorio de Turquía.
Un ataque respaldado por Rusia contra la región siria de Idlib, donde viven ahora millones de desplazados internos cerca de la frontera turca, podría provocar un nuevo flujo de solicitantes de refugio y aumentar la presión interna a la que se enfrenta Erdogan debido a la intensificación de los sentimientos contra los refugiados.
Sin embargo, la reacción internacional contra Rusia, que ha provocado la imposición de amplias sanciones y la salida del país de algunas de las mayores empresas del mundo, ha reforzado la posición de Turquía.
Aunque Erdogan dijo que la “operación militar” de Rusia en Ucrania era “inaceptable” poco después de su inicio, añadió: “Vemos tanto a Rusia como a Ucrania como nuestros socios cercanos”.
Turquía depende en gran medida de Rusia como fuente de energía, turismo y comercio.
Isachenko dijo que, a pesar de cierta oposición de Moscú, cree que Turquía seguirá adelante con la ofensiva en Siria.
“Es realmente una cuestión de dónde llevará a cabo la operación Turquía”, dijo.