El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha convocado este martes a la encargada de negocios de EE. UU. en el país, Stephanie Holmes, en protesta por el ingreso ilegal de periodistas estadounidenses en la región de Kursk, donde Ucrania mantiene una ofensiva y controla más de 1.250 kilómetros cuadrados.
Las autoridades de Rusia han denunciado las «acciones provocativas» de varios periodistas estadounidenses que han entrado «ilegalmente» en Kursk «para cubrir propagandísticamente los crímenes del régimen de Kiev», se desprende de un comunicado publicado por la cartera diplomática rusa en su página web.
Asimismo, el gobierno ruso denuncia la «evidencia emergente» de una supuesta participación de grupos de mercenarios estadounidenses que apoyan a las Fuerzas Armadas de Ucrania, tanto en la guerra en territorio ucraniano como en la incursión terrestre en la región de Kursk.
Asimismo, la diplomacia rusa ha concluido que estas acciones no solo contradicen las declaraciones previas del presidente de EE. UU., Joe Biden, sobre la no intervención de Washington en la ofensiva sobre Kursk, sino que de hecho «prueban claramente» su «participación directa» en el conflicto.
«Los departamentos competentes llevarán a cabo las acciones de investigación necesarias para llevarlos ante la Justicia», ha añadido el Ministerio de Exteriores respecto a los ciudadanos estadounidenses «involucrados en estos crímenes».
También, las autoridades rusas han subrayado que «todos los especialistas y mercenarios extranjeros» que cruzan de forma ilegal la frontera «se convierten automáticamente en un objetivo militar legal para las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa».
Cabe recordar que, a finales de la semana pasada, Moscú también convocó a la embajadora italiana, Cecilia Piccioni, tras la «entrada ilegal» de un grupo de periodistas en Kursk en clara violación de la legislación rusa y «las reglas elementales de la ética periodística». El servicio secreto ruso inició poco después acciones penales contra ellos.
El Ejército ucraniano inició a comienzos de agosto una incursión terrestre sobre la región rusa de Kursk que, según el presidente Zelenski, permite ya a Kiev controlar un total de 92 localidades y más de 1.250 kilómetros cuadrados de suelo ruso. Moscú asegura haber matado ya a más de 4.100 militares ucranianos y ha prometido una respuesta.