Por Alejandra Franganillo
La invasion de Ucrania por el peligroso y agresivo Vladimir Putin ha consternado a la comunidad internacional – la mayoría de las personas aborrece la guerra.
Pero este conflicto no es un evento único. Putin tiene un deseo explícito y fuerte de restaurar la esfera de influencia de la Unión Soviética al reclamar sus estados satélites perdidos y aquellos que una vez pertenecieron al imperio ruso bajo la monarquía Romanov.
Si occidente necesita más pruebas de este deseo, puede mirar la historia reciente como la pasada. En el 2008, Rusia y Putin invadieron Georgia, y continuaron con la anexión de Crimea en el 2014.
El estado ruso tiene una historia de rechazar la libertad individual
Para entender lo que verdaderamente está pasando, debemos explorar la mentalidad rusa. El Reino Unido y los Estados Unidos están fundados sobre las bases del gobierno limitado. Por otro lado, España y sus colonias en las Américas sostienen una mentalidad más colectivista. Pero los ideales de ambos están fundamentalmente arraigados en los derechos individuales y la tradición liberal.
Esta no es la primera acción de Rusia contra Ucrania
Este rechazo se ha manifestado en diversas oportunidades de varias maneras, y ha resultado en un conflicto repetitivo, pero pocas personas se dan cuenta que esta no es la primera vez que Rusia ha tenido enfrentamientos con Ucrania.
En 1932, Joseph Stalin decidió cerrar Ucrania con una catastrófica política de reforma agraria que costó la vida de millones de ucranianos. Durante la hambruna ucraniana, conocida como el “Holodomor,” una palabra que combina hambre y muerte, Stalin reprimió las pequeñas granjas ucranianas para implementar un sistema robusto de agricultura colectiva estatal en la verdadera naturaleza de un sistema socialista.
El expansionismo autoritario de Putin debe ser detenido
La crisis actual en Ucrania es otra negación, por parte de Rusia, de reconocer a Ucrania como un estado, sí, pero también la soberanía del individuo. Las potencias occidentales deben actuar contra Putin porque, al hacer eso, también actuarán contra los regímenes autoritarios en general, pues amenaza con expandirse a regiones europeas y centro asiáticas.
En lugar de solo encender los colores de una bandera devastada por la guerra, debemos reconocer que los ideales sobre los cuales el mundo occidental está construido están bajo ataco por líderes ambiciosos y autoritarios.
Y los líderes ambiciosos y autoritarios siempre – siempre – tienen más y más intenciones asesinas.