Caracas. – Familiares de jóvenes encarcelados arbitrariamente durante las protestas postelectorales, denunciaron este miércoles ante medios internacionales las terribles torturas a las que han sido sometidos, para obligarlos a confesar bajo amenaza, que recibían dinero de la «oposición» para manifestar contra el fraude electoral de Nicolás Maduro.
Tal fue el caso de Dionexis García, cuyo hermano, un adolescente de 17 años, ha sido sometido a severas vejaciones tras su captura el pasado 2 de agosto.»Mi hermano fue víctima de tortura en ‘Zona 7’ (calabozos de la PNB) le colocaron una capucha, electricidad, con la intención de obligarlo a grabar un video donde el dice que le pagaron 50 dólares por salir a manifestar», contó la joven.
Theany Urbina, madre de otro adolescente de 16 años, también injustamente apresado, narró que realizan colectas para poder llevarle a estos muchachos, enseres y artículos de aseo personal que necesitan.
«Estamos haciendo una recolecta porque no tenemos el dinero para (…) llevar jabón y ese tipo de cosas, porque no podemos trabajar, la desesperación es grande, no tenemos tiempo de trabajar ya que tenemos que estar con nuestros hijos», dijo la mujer.
Igualmente, explicó que su hijo fue detenido cuando se encontraba en la puerta de su casa, comiendo unas chucherías. Una comisión policial lo sorprendió y se lo llevó detenido, sin siquiera haber estado involucrado en las protestas que se escenificaban cerca del lugar.
Los representantes de estos muchachos, quienes han estado denunciando desde hace una semana la situación por la que atraviesan actualmente, insistieron en las graves torturas a las que han sido sometidos.
Aparte de los golpes y demás maltratos, también han sido objetos de amenazas verbales, insultos y presiones psicológicas, que buscan desmoralizarlos para que admitan, en un documento falso, haber sido supuestamente contratados para protestar.
Luego que el CNE chavista anunciara, durante la noche del 28 de julio, el «triunfo» de Nicolás Maduro, aun cuando la mayoría de los votantes habían constatado la victoria arrolladora de Edmundo González, muchas zonas del país comenzaron a cacerolear a las pocas.
De tocar cacerolas, muchos sectores populares, principalmente en Caracas, comenzaron a tomar las calles para denunciar el robo descarado de las elecciones, realizado por Maduro y sus secuaces.
Las reacciones fueron espontáneas y no hubo llamados oficiales a protestar, por lo cual la mayoría de los venezolanos descarta el argumento de la Narcotiranía, sobre haber contratado a personas para que protestaran.
