Despues de mas de 11 horas de silencio, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha denunciado este sábado un acto de «traición» tras la entrada del líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, en la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército ruso, que el mandatario ha descrito como un acto de rebeldía y una «puñalada por la espalda» a las tropas y al pueblo de Rusia.
En su primera comparecencia tras el comienzo de los incidentes esta pasada noche, Putin no ha identificado por nombre a Prigozhin y ha querido distinguir a las fuerzas de Wagner, al pedir a «quienes han sido empujados a la provocación de esta rebelión militar» que depongan las armas en lo que ha denunciado en último término como un «motín interno» y, sobre todo, como una «puñalada» para las tropas rusas y para el pueblo.
Tras reconocer la labor del grupo como «héroes» en la guerra de Ucrania, Putin ha lanzado una durísima advertencia contra quienes participen de lo que describió como un amotinamiento. Al respecto, expresó:
«Cualquier motín interno es una amenaza mortal para nuestro estado, para nosotros como nación. Es un golpe contra nuestra nación, nuestra gente. Y nuestras acciones para defender a la patria de tal amenaza serán brutales», ha avisado.
«Cualquiera», ha insistido, «que haya seguido conscientemente el camino de la traición, que haya preparado el motín armado, haya seguido el camino del chantaje y las acciones terroristas, recibirá un castigo inevitable», ha añadido el mandatario.
En un discurso salpicado de menciones a los antecedentes históricos de Rusia, Putin ha comparado lo ocurrido esta pasada noche con los acontecimientos de 1917, cuando «las intrigas y discusiones a espaldas del Ejército desembocaron en una catástrofe, en la destrucción del Ejército y del Estado y en la pérdida de enormes territorios, lo que resultó en una tragedia y una guerra civil».
«Nuestras acciones para defender a la patria de esta amenaza serán durísimas, y sus responsables serán llevados ante la justicia», ha insistido el presidente ruso, quien no obstante ha confirmado que la situación en Rostov es «difícil» porque «el funcionamiento de los departamentos de control civil y militar está prácticamente bloqueado» y ha prometido «medidas decisivas para estabilizar la situación».
Cabe mencionar que grupo Wagner entró a Rostov casi sin oposición en la madrugada de hoy, al parecer consiguiendo apoyo de algunos miembros del ejército ruso. A su llegada, pedía reunirse con los altos líderes militares o amenazaba con dirigirse hacia Moscú.
Si bien Wagner no ha manifestado que pretenda derrocar al gobierno, este escenario representa para Putin la mayor crisis interna desde que decidió invadir Ucrania.