De Alt Media
Canadá anunció hoy que despenalizará la posesión de pequeñas cantidades de drogas duras en la provincia de Columbia Británica, un proyecto piloto que busca contener la crisis de opioides que deja miles de muertos, buscando “tratar las adicciones en lugar de encarcelar a los consumidores”.
En respuesta a una petición de la provincia canadiense, la ministra federal de Salud Mental y Adicciones, Carolyn Bennett, informó que el 31 de enero de 2023 entrará en vigor una exención a la ley para permitir la posesión de opioides, cocaína, metanfetamina y otras drogas duras, por tres años.
Esto implica que los adultos que habiten en esa provincia no podrán ser arrestados ni enfrentarán cargos por posesión de dosis personales de hasta 2,5 gramos de drogas duras, y la policía no podrá confiscar el producto. En lugar de eso, los usuarios “recibirán información sobre cómo acceder a ayuda médica para las adicciones”. Se estima que seis personas mueren de sobredosis por día en esa provincia.
«Hacemos esto para salvar vidas, pero también para dar dignidad y (capacidad de) decisión a los usuarios de drogas», declaró Bennet, agregando que se convertiría en «un modelo para otras jurisdicciones de Canadá».
Otras provincias también quieren la exención, Kennedy Stewart, el alcalde de Vancouver -epicentro de la crisis de opioides- dijo que la decisión «replantea en forma fundamental la política de drogas para favorecer la asistencia sanitaria».
Llamándolo un «histórico, valiente y pionero paso en la lucha para salvar vidas de la venenosa crisis de las drogas», agregó que también reduciría los pequeños crímenes relacionados con adicciones.
Varias ciudades canadienses, incluyendo Montreal y Toronto, han manifestado su deseo de obtener exenciones similares. El pequeño Nuevo Partido Democrático, de izquierda, presentará al Parlamento una propuesta de ley para despenalizar la posesión de droga en todo el país.
Entre otras críticas, la izquierda estima que la cantidad de droga permitida por la exención es demasiado baja, porque su consumo diario es mucho mayor. La ministra Bennett lo reconoció, pero dijo que es un punto de partida, informó AFP y AP.