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(Monedas/Significados)

El capitalismo según sustancia de la existencia de la crisis afectiva

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Por Anthony Parra

1.     La crisis afectiva

Celos, insuficiencia, impotencia, incapacidad, son por inicio y fin un evento en nuestra civilización que se hace muy presente. La vida perfecta, la pareja perfecta, el alcance de la perfección. La producción en masa de cabezas iguales, el capitalismo como formador del sujeto y transmisión a sujetos y el carácter de suplemento afectivo que crea un estado de no importancia a las personas por la misma bonificación inicial. Este discurso es abordado por Frédéric Lordon, el cuál desarrolla el pensamiento de que el capitalismo es consciente e instrumentaliza la carga de los elementos pasionales como una coacción de los afectos y que con el tiempo ha aprendido a usarlos a su favor a través de varios métodos como los medios de comunicación como máquina meta-afectante, la política de los afectos.

“El capitalismo es culpable y antropocéntrico del sentido de insuficiencia en la competencia”, “el capitalismo es un modelo de placeres que nos hace ser sumisos a él”, y la posición más extrema: “La crisis afectiva es la creación del modelo de la libertad”. Esto viene generalmente por la idea de que el liberalismo es promotor de un consumo alienante generador de necesidades; vendiendo caracteres de perfección entre nosotros. Y estableciendo una meta para ser y esa meta para ser está condicionada, es por eso que el liberalismo dentro de esta cúpula ideológica no promueve el individuo, sino, la formación del sujeto. Porque es por la llegada del capitalismo que se forma el sujeto a través de la deconstrucción del individuo. Dejamos de ser una persona en sí por el placer del capital.

2.     Lo evolutivo de lo social

 Sin embargo, el padecer está en la creencia sobre el origen del capital. El capitalismo no es promotor siquiera de la crisis afectiva. Las manifestaciones de insuficiencia, angustia, vienen con mucha más antigüedad; incluso antes de las civilizaciones, en nuestro sistema social de vertebrados. Christopher Opie a través de un estudio de primates, de los cuáles compartimos hasta el 99% de genes, tienen estas manifestaciones de frustración. Y es a través del infanticidio.

Infanticidio, que cometen tras saber que su descendencia no cumple con los valores de supervivencia para poder existir y reproducirse adecuadamente, esto se da por el cuidado parental de una sola pareja, en este caso del macho. Se hace porque después de tanto esfuerzo e inversión, en la lactancia –en el cuidado de la cría–, al no cumplir con los requisitos, simplemente la cría altricial es asesinada. Este estudio arroja el resultado de que cuando hay comunicación biparental, se reduce el riesgo de infanticidio, ya que es menor la inversión para el alcance de su fin como especie.

De esto se desprende que, si como seres tenemos frustración al no poseer la cría deseada la crisis afectiva no puede ser siquiera una reacción de la civilización, sino, de nuestro sistema social de vertebrados. Ergo, ¿puede considerarse que la crisis afectiva, tomando en cuenta su sustancia desde la insuficiencia sentida en los primates a la cría –el dolor de no alcanzar lo esperado, de la no perfección– el no llegar cumplir con los estándares evolutivos y sociales que lleva a la insatisfacción después de mucho tiempo de inversión: una reacción del capitalismo?

3.     La sociedad y su disputa afectiva

La disputa afectiva en la sociedad es la demostración más clara de nuestros valores evolutivos en conflicto; la evolución del deseo. Para eso, hay que componer el corpus de los sesgos de sobre-percepción, tanto como los del vendedor, como los del comprador en la misma sociedad. No puede escatimarse una composición del individuo arrancando del medio del que disponen, ya que el medio, en este caso: el capitalismo, puede no valerse de los afectos por sí mismo. Como la ciencia no se vale sin el sujeto que la promueve.

Apareamiento, es este un evento por el cual el ser humano se disocia inconscientemente de lo objetivo y que se llega a interiorizar con el deseo de manera irracional. El apareamiento, como expone David Buss a través de múltiples evidencias, impide la racionalización de un evento que puede comprometerse como un ambiente racional a la hora de una adquisición. Todo esto se hace a través de que el individuo se “vende” con las mejores características posibles, como dice Buss, Dm y Foley, P. (2019): “Effective marketing depends critically on influencing human psychology”, ya que, el sesgo de sobre-percepción sexual influye en la promoción de productos que llegan a ser inútiles en el apareamiento. Por ejemplo, un hombre puede comprar un producto por el mero hecho de que salga una mujer atractiva

Si el vendedor micro que busca que su producto sea comprado y este genere de manera implícita una percepción sobre el mercado que invoque a la percepción de los agentes compradores: un deseo de compra, y el comprador, por lo tanto, posea el deseo de tener mayores disposiciones para su evolución: se sigue con que el mercado es inconsciente y se guían por productos que a su juicio aumentarán sus métodos para sobrevivir. Por lo que el capitalismo no es el factor consciente del poder de coacción de afectos, sino: ninguno, como inconscientes las mismas personas en el mercado.

Es imposible ignorar la elasticidad del individuo, la sociedad libre en circulación es promotora de la individualización de la persona, y desde las características de comportamiento inconsciente del ser humano. Este, por el hecho de serlo, buscará un aumento de sus valores de supervivencia. Al ser individualizado, y, además, poseer un comportamiento inconsciente que busca la preservación de sus mayores características evolutivas, lo cual, en disposición, se sigue con que el ser humano decide voluntariamente lo que es mejor para él en demanda; en la oferta: el mejor producto que puede ofrecer para aumentar los valores del otro, ya sea veraz o falaz. Por lo que, altas empresas, compuestas por la misma racionalización que otros seres humanos porque el capitalista nunca deja de serlo, entonces, este poseerá más disposiciones para vender su producto, pero el alcance de su mercadeo, inconscientemente estará ligado con la psicología humana.

4.   El verdadero dilema no está en el liberalismo

El padecer de la crisis afectiva es por consolidación a nuestra existencia compuesta de placeres y dolores: una parte de ella, que como individuos padezcamos problemas es parte de nuestra naturaleza. El dolor promueve que seamos mejores en existencia, y con eso no busca decirse que suframos permanentemente, sino que la existencia de dolor es un fomento a nuestro vivir. Por lo tanto, no puede evitarse, sino que debe aceptarse. La sociedad perfecta en alcance es algo imposible, aunque, podemos ser mejores conociendo nuestros grados de inconsciencia.

El liberalismo no es la cuestión, ni está cerca de serlo; un sistema que liga la naturaleza humana como un medio de civilización con moral y que manifiesta nuestra naturaleza no podría ser la pregunta sino: si conocemos las manifestaciones del ser humano dentro del capitalismo, ¿cuáles son las reacciones en un sistema autoritario tras la supresión emocional y la promoción del sujeto? Podemos establecer un poco de luz frente a este dilema: generalmente cuando hay supresión del animal por el animal, en cuestión se transforma en un individuo sumiso; por el miedo. De allí que Sigmund Freud se hiciera el cuestionamiento: “Las emociones reprimidas nunca mueren. Están enterradas vivas y saldrán a la luz de la peor manera”. ¿Cómo se manifiestan estas emociones en un sistema que las limita?

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John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law
  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

John R. De la Vega, P.A.

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John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

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